martes, 28 de febrero de 2012

Con la cabeza alta.

Cuentan que Napoleón iba de rojo por si le herían en la batalla, para que sus tropas no se vinieran abajo, por eso Rajoy lleva pantalones marrones. Como en toda guerra o batalla, el fútbol presentaba un nuevo reto al Saso, pues las bajas seguían acosando a un equipo lastrado por las lesiones en un campo complicado como el de Santovenia. A las ya sabidas se añadían Tuqui, sin noticias en el parte médico sobre él -según fuentes-; Pablo, enfermo y Miguel, sancionado.

Once eran los efectivos con los que los neroazurri afrontaban el encuentro, pues en el banquillo estarían Héctor, en proceso de recuperación, y Popeye Guille, con dolor por su muela extirpada. La dupla Moureno- Edgar Faria tuvo fácil componer el equipo inicial. Juan de guardameta, la zaga para Dani, David, Xufo y Tiñas; en el centro del campo Jesús acompañado por los mermados intelectualmente físicamente Mikel y Carlitos. La punta de lanza la integraban Hugo, Santi y Jorge.

Cosas del vestuario número 4, pero a los veinte segundos ya campaba la desventaja. Una serie de fatalidades tras sacar de centro acabó con el cuero en la meta, tras sendos rebotes que cambiaron la trayectoria del esférico. Los negativos precedentes en el feudo del Santovenia hacían presagiar lo peor. Por fortuna, el equipo recordó las sabias palabras de Edgar "Hay que ganar". El ejercicio de psicología del entrenador quedó patente al olvidar sus pupilos el varapalo inicial. Pero no bastó para detener los envites de los locales, a balón parado o por acciones desde las bandas, que la defensa y el portero supieron solventar.

Fue en una de ellas cuando Juan se hizo con un balón en un córner y vio a Hugo desmarcándose. No lo dudó y el balón llegó a campo contrario para que el 19 lo introdujera en la portería.

1-1 y todo por disputar. Fue un mazazo anímico para los locales, pues cabe decir que el Saso tampoco había dado mucho peligro. Y la ocasión la pintaban calva, por lo que los visitantes salieron de la cueva, como Platón, y comenzaron a poner en aprietos al meta rival. El partido se calentaba por momentos, pues la ardiente grada trataba de descentrar e intimidar. A ello se unió una brutal patada de Santi, que llegó tarde a despejar, al incisivo número 2. La acción tuvo severas consecuencias, pues la amarilla que con buen juicio el árbitro mostró cambió por completo el devenir del encuentro.

Poco antes de concluir el primer tiempo, un ataque franjinegro bien llevado por Santi acabó en pies de Jorge, quien demostró su dulce estado de forma llevando el cuero a las mallas.

1-2 en Santovenia al descanso, buena cosecha en el seco campo. Todas las líneas funcionaban, pues la defensa y el portero impedían que el ataque rival fuera gol u ocasión de peligro.

La vuelta del asueto fue completamente opuesta, parecía que el Saso había agotado su combustible y se preparaba para sufrir. Y así fue, puesto que pese a los esfuerzos de la defensa era demasiado notable el cansancio de la agotada medular, por lo que llegaban balones desde todos los frentes. En uno de ellos se plantó el rival ante Juan, que aguantó el mano a mano, pero su rechace llegó a pies de un atacante local y el gol llegó e igualó la contienda.

El miedo a la derrota se plasmó en precipitaciones y errores de todo tipo, como el que previamente había cometido Santi. En una jugada embarullada recibió la segunda tarjeta, condenando a su equipo a remar contracorriente el resto del encuentro. El varapalo fue tal que en un balón profundo el jugador del Santovenia hizo que el 3-2 llegara al marcador y pusiera todo en contra del Saso.

La tónica estaba clara, atacar en busca de un valioso punto, para lo cual Héctor, también renqueante, entró al terreno de juego. El 9 no fue suficiente para llevar peligro en ocasiones concretas al área rival, si bien balones largos ponían en aprietos a la zaga local. Los neroazurri estaban descolocados, cada uno en un sector del campo, sin orden ni concierto, por lo que el 4-2 no tardó en llegar, impidiendo cualquier conato de épica. El oficioso equipo local supo jugar sus bazas, y más con el agresivo número 4, con cuyas entradas puso en riesgo la integridad física de Juan, a quien le golpeó con la rodilla en la cabeza en un balón dividido.

Y así acabó el encuentro, con sensaciones positivas fruto del incesante esfuerzo de los visitantes, que con 11 jugadores y dos de ellos muy mermados, plantaron cara al aguerrido equipo local. Aún queda mucho por delante en busca de la ansiada salvación, y la primera etapa es contra los segundos clasificados, Las Delicias, el domingo a las 13 horas.

Para ganar necesitaremos darlo todo, no excedernos la noche anterior y el calor de la grada.

¡Aúpa Saso!



EL DANDY:

David y Rubén. Su sobriedad defensiva impidió un resultado más abultado.

EL DURO:

Santi. Arreó una coz que casi mata al rival.

EL CRACK:

El sonido que hizo la pierna del 2 al ser golpeado por Santi.

EL KRAKEN:

Santi dejó a su equipo con 10 en un feudo difícil, por lo que es merecedor de este premio.

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