Una final. Una final. No cabía otra palabra en la mente de los jugadores del José Luis Saso. Si perdían el partido contra el Boecillo, que la semana anterior derrotó al San Isidro, eran carne de Segunda. En caso de triunfo, la primera categoría se rozaría con los dedos.
La fecha elegida para dar el paso adelante era el domingo, que pronto trajo buenas noticias: El último calificado, el San Isidro, había derrotado 2-1 a los de Laguna, rivales directos. La Rondilla tampoco pudo puntuar y el Parquesol empató con el Pegaso el sábado. A ello su unió el triunfo del Parquesol de categoría superior, que conlleva el descenso de cuatro equipos de la liga provincial. Y entre ellos no está el Saso.
Bajo el ardiente sol los chicos franjinegros tenían la consigna de ganar y convencer. Para conseguirlo, la dupla Edgar-Moreno, con la ayuda del recientemente entrevistado Borja, consideró que lo mejor era poner sobre el campo a Miguel en puerta y la defensa para Raúl, David, Xufo y Pablo. Por delante de ellos Dani, Carlitos y Hugo, dado que el ataque era para Rivera, Viruta y Jorge. En la caseta esperaban Juan, Santi, Jesús, Tuqui y Héctor, que con un problema con la ficha no pudo saltar de inicio.
La intensidad era máxima desde el primer momento, sabedor el equipo de la importancia del choque. Viruta creaba peligro cada vez que penetraba por banda y ponía peligrosos pases que no llegaban a su destino. Pronto se puso el encuentro de cara, pues en un catapultazo de banda de Pablo Jorge aprovechaba una imprecisión de la zaga para, a los 18 minutos, adelantar a los locales. Gracias a una lesión en los de Boecillo el Saso tenía aún más cerca la victoria, que se fraguó con los prácticamente inmediatos goles de Viruta, por banda, y Xufo, a la salida de un corner.
Los de verde, con 10 sobre el terreno, poco podían hacer salvo esperar el fallo y la carambola. Mientras tanto, el Saso se dedicaba a fallar claros goles, como sendas ocasiones de Rivera y un tiro lejano de Hugo. Curiosa fue la reacción de Tiñas, que dijo ''Uy, pues ha cogido efecto'', para regocijo de los suplentes. Bajo esta espiral de fallos, los rivales comenzaron a atacar, sobre todo con el balón parado. Ahí llegó su más clara oportunidad, que solventó Miguel con una gran parada. El resto de llegadas rivales acababa en las redes protectoras.
Con ambos equipos sin capacidad de marcar más goles, llegó el tiempo de descanso para reposar, hidratarse y plantear nuevas estrategias. Héctor ocupaba la medular y Hugo pasaba a la delantera fruto de que Viruta tenía que ir a coger el autobús, si bien lo acabó perdiendo.
El control del cuero seguía siendo franjinegro, que con cada ocasión generaba peligro ante la adelantada defensa del Boecillo, tirando, con éxito dispar, el fuera de juego. El juego por el centro se trababa debido a las excesivas conducciones, por lo que fue necesaria la labor de Pablo, Dani y Jorge por las bandas, incidiendo en la zaga rival hasta el punto que Hugo subió el cuarto al luminoso en jugada colectiva.
Con el partido encarrilado, un convaleciente Jorge dejaba el campo en favor de Santi. Poco después entró Jesús por el cansado Rivera, que va cogiendo ritmo de competición. Ambos suplentes salieron con ganas de reivindicarse, Sani desde la cal y Jesús por el centro. En una jugada del espigado extremo, Jesús ponía el cuero en las mallas en un disparo ajustado desde fuera del área, para alegría del novato, que marcaba su primer tanto con la elástica del Saso.
Santi tenía ganas de más y trató de elevar la renta con pases y disparos, de ahí que los siguientes dos goles llevaran su firma. Incluso pudieron ser más si la puntería de sus compañeros hubiera estado más engrasada. Cada jugador local quería marcar gol, especialmente Tuqui, deseoso de inaugurar su cuenta esta temporada. Sin embargo, el fuera de juego y el acierto del meta rival impidieron su gol. Con los neroazurri pensando egoístamente en anotar, hasta el punto de negarle el cambio a Juan, el orgullo de Boecillo reapareció y subió el tanto de la honra al contraataque.
El partido moría sin que llegaran más goles al luminoso de los Cerros, donde el sol era testigo de excepción de la declaración de intenciones del Saso, reacio a descender a una división que no es la suya.
Tres puntos de oro que sirven para adelantar a rivales por la permanencia y coger confianza de cara al vital partido contra el Laguna, fuera de casa, que marcará el éxito o el fracaso de la temporada del Saso. Para ello queda una semana de concentración, esfuerzo y orgullo por un club y una camiseta que merece permanecer en la Primera División Provincial Juvenil de Valladolid.
EL CRACK:
Santi: Salió desde la caseta para hacer un doblete que puso en siete los goles anotados.
EL DANDY:
Viruta: El gol y el peligro creado en 45 minutos indicaron el camino del triunfo.
EL DURO:
Víctor: No quiso dar a Juan unos minutos como referencia del equipo.
VAYA DÍA:
Rivera: No pudo esternarse en el Saso pese a gozar de alguna ocasión clara.
EL KRAKEN:
Todo aquel que no crea en la salvación del Saso.
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