El José Luis Saso perdió un partido en el que mereció algo más contra un aguerrido equipo rival.
La actuación del colegiado, más pendiente del chow business que de arbitrar, perjudicó a los visitantes.
Lo de este equipo en lo que Josele denomina gachi es para hacérselo mirar, oiga. Tiempo ha desde la última vez en la que el José Luis Saso salía victorioso de un campo de hierba natural de las hermosas villas que abundan en Castilla. Será el olor a pueblo o las irregularidades del terreno, pero les cuesta horrores ganar.
Villalón se presentaba como el siguiente escollo, también fuera de casa, para revertir la fatídica racha sobre pasto. Después de 70 kilómetros de travesía, que dieran lugar a la aparición del denominado 'Coche de la droga', los de negro y azul se reunían para intentar sacar adelante el partido. Con las bajas del sancionado Pablo y de Rubén, por motivos laborales, los de Luis Saso tenían un reto por delante. Para ganar el partido, Luis puso a jugar a Miguel en puerta, protegido por Jorge, Edgar, Víctor y David. No voy a hablar del pelo de Jorge...aún. La medular era cosa de Borja, con olor a anises, y El lechón de la Dehesa, que pese a jugar en tierra natural no pudo gozar a sus anchas, como hace en busca de bellota. El tridente ofensivo era para Mikel, Héctor y Dani y la parcela del 9 para Miguel.
Con el pitido del trencilla comenzó el partido con los neroazzurri acertados, mostrando sus ganas de llevarse los tres puntos. Pese a no gozar de claras ocasiones, los visitantes controlaban el esférico y ponían en aprietos al meta rival, muy parecido al tronco de un árbol. Pero la incapacidad para hacer efectivo este dominio provocó que en la primera ocasión de los rurales, uno de los suyos se hiciera con un despeje al borde del área y empalara una volea espectacular por toda la escuadra, ante la que Miguel nada pudo hacer.
Apenas habían trascurrido veinte minutos de encuentro y los demonios ya se llevaban a Luis, que veía su planteamiento echado por tierra. Ante la rocosidad de los locales, que iban acercándose a los dominios de Miguel, optó por dar entrada a Stahjk en lugar de Dani, desacertado en la tarde del domingo. Con el gorritas sobre el tapete no cambió mucho la cosa para el Saso, que apenas hacía peligro salvo a balón parado.
En la segunda ocasión del Villalón llegó el segundo tanto para ellos. Un balón en el área visitante que la zaga no pudo despejar acabó en pies de un delantero, que previo rechace de Miguel, acertó para doblar la ventaja en el marcador. El resultado era excesivo pero no podía cambiarse salvo poniéndole ganas. Como ya sucediera en Villabrágima, tocaba remar y luchar en busca de la remontada. Con estériles intentos de reducir la diferencia de goles, llegó el descanso.
Tras el paso por los vestuarios el José Luis Saso cambió la dinámica. La brega y el carácter se instaló en los neroazzurri y salieron decididos a cambiarle las tornas al encuentro. Pese a que la presión local y lo dificultoso de combinar en ese tipo de 'gachi' los visitantes conseguían generar peligro y con el acierto de Edgar, Víctor y Miguel en las llegadas del Villalón, evitar disgustos en defensa. Con este panorama, Sgahjk se hizo con un balón en la banda y, tras un buen quiebro, avanzó hacia portería con tan buen hacer que recibió penalty. El árbitro, un individuo de los que ya no quedan, señaló el máximo castigo. Borja se encargó de engañar al guardameta y recortar distancias.
El Saso tocaba zafarrancho de combate y atacaba con la mente puesta en igualar y, posteriormente, tratar de hacerse con los tres puntos. Bajo este contexto en una embarullada jugada de estrategia Jorge tuvo la ocasión de marcar otro gol, pero su impreciso remate lo desvió un oponente casi bajo palos. A los pocos minutos sería Héctor quien marrara otra clara oportunidad enviando alto un buen envío de un compañero.
En el área de Miguel se veía como mayor peligro los contraataques, si bien la velocidad de Edgar y de Víctor impidió que se materializaran estas posibilidades. El propio Moreno fue sustituido a los pocos minutos. El entrenador no le perdonó que hiciera una peineta a los aficionados locales, por lo que dio entrada a Pérez.
Los minutos pasaban y se produjo la típica acción en un campo de pueblo. Tras la omisión de una falta recibida por el colegiado, Carlitos enloqueció y con una ira solo vista los sábados por la noche cuando se emborracha y agrede a jóvenes pucelanos, embistió a un rival. Montada la tangana, un becerro local le propinó un cabezazo y le pisó la mano al número 10 mientras Jorge, a quien le gusta más la bulla que a un tonto un lápiz, fue de inmediato a la refriega.
La sangre no llegó al río y el partido continuó sin que el Saso pudiera marcar el segundo gol, por lo que con el pitido final del árbitro fue nula la cosecha de puntos. Porque el gachi, ese infierno para los afeminados sasistas, es terreno hostil para hacerse con la victoria. Ahora viene la visita del Mayorga (con I griega, Mikel, la otra es una isla) para acabar el año con un importante triunfo.
EL CRACK
Carlitos: El rechoncho 10 ayudó con sus pases a mover el juego y crear peligro en las acciones a balón parado.
EL DANDY
Smajk: Pese a que estuvo algo desafortunado en sus 55 minutos de intervención, sufrió el penalty que recortó distancias.
EL DURO
Jorge: Vergonzoso lo del 19. Con esos pelos mohicanos parece que va a atracarnos a la vuelta de la esquina. Su parecido con un erizo es cada día más razonble.
EL KRAKEN
Víctor: Luis tuvo que quitarlo del césped por encararse con la afición local. Sus feos gestos no son bien recibidos.
@Juan13Navarro --- JN13
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