lunes, 23 de abril de 2012

El azar esquiva a los franjinegros

Cada partido es más importante que el anterior. Ese es el mensaje claro que los entrenamientos y charlas técnicas reflejan al vestuario del Saso. En uno de lo momentos más difíciles de la historia de este club, los juveniles tratan de sobrevivir a una campaña en la que las lesiones han provocado esta peligrosa situación.

Los indicios eran positivos para el equipo, pues las lesiones dejaban de lado su negra influencia, por lo que Víctor, dada la ausencia de Edgar por resaca, podría realizar por vez primera una convocatoria, fuera de la cual dejó a su hermano Guille. La cita era el sábado a las 17 horas, poco antes de un Clásico que no cabía en la mente de los concentrados visitantes. El once dispuesto a ganar al Betis lo integraban Miguel en meta, defendido por Pablón, David, Rubén y Piñas. En la medular Dani y Carlitos por detrás de Mikel, y en punta de lanza Tuqui, Hugo y Héctor.

El colegiado indicó el inicio de la contienda y ambos equipos procedieron a atacar la meta contraria, si bien los locales tuvieron más presencia con el balón. Bajo un cielo primaveral, capaz de alternar un espléndido sol con una súbita ventisca, el duelo se desarrollaba sin atisbo de debilidad. Un córner a los pocos segundos a punto estuvo de subir un tanto al luminoso, pero Pablo marró la ocasión.

Mientras el banquillo, con Moreno a la cabeza, se mordía las uñas hasta el codo, los franjiverdes llevaban peligro a una eficiente zaga local, que despejaba con éxito las ofensivas rivales. Igual patrón seguían los locales, basándose en una rápida línea defensiva para abortar los ataques del Saso. En una veloz transición ofensiva, y tras un despiste visitante, el Betis lograba marcar el primero de la tarde.

Los ánimos no decaían en la entente visitante, que siguió llevando peligro a balón parado y sin descanso a la meta rival, hasta que en el minuto 25 Xufo cabeceaba a las mallas un gran córner lanzado por El lechón de la Dehesa, Carlitos.

Nada hacía presagiar que el árbitro iba a influir en el devenir del encuentro, si bien a la media hora de partido Hugo, disconforme con dos faltas no pitadas hacia su persona, se dirigió hacia el trencilla. Todo parece indicar que lo ofendió gravemente, pues no dudó en expulsar a Hugo y dejar a los neroazurri con 10 sobre el campo.

Esto fue un grave shock, pues si ya el partido se antojaba difícil, la inferioridad numérica ponía sobre la mesa unas cartas muy inadecuadas. El espíritu de los de José Luis Saso no decayó y consiguieron mantener la igualada hasta el tiempo de descanso, pese a las ofensivas de los locales.

En el vestuario Víctor tomó las riendas de la situación y modificó el sistema de juego en favor de un planetamiento que aprovechara más el centro, en detrimento de las bandas. La responsabilidad recaía en Carlitos, que cuajó un óptimo partido, y en Héctor, fundamentales a la hora de distribuir el juego y crear peligro a la meta del Betis. De nuevo se iniciaba un partido vibrante y con muchas llegadas a ambas áreas, aunque sin excesivo peligro, en las que destacó un cabezazo de Pablo a la salida de un córner.

La labor desde el banquillo continuaba y Rivera debutaba en el club sustituyendo a un exhausto Gandul Riñas, que agradeció sentar sus posaderas tras un partido de gran derroche físico. Rivera gozaría de unos 35 minutos para iniciarse en el club, aunque evidenció una severa falta de ritmo

Por fin había un banquillo conmúltiples recursos, así que Víctor aprovechó la baza de Morro, progresivamente recuperado de su lesión, para llevar al área un peligro que Tuqui no había conseguido crear, pese a que su encuentro fue de los mejores de los últimos tiempos. El espigado delantero gozaría de 25 minutos para levantar el resultado.

Pese a la actitud de los aguerridos visitantes, que con 10 resistían las acometidas locales, Pablo se lanzó al suelo a detener un balón con su cuerpo. El trencilla interpretó pena máxima, pese a las protestas del zurdo, y lo castigó con una quinta amarilla que lo impedirá enfrentarse a la Medinense. El jugador del Betis no se puso nervioso y puso la ventaja de nuevo en Canterac.

La raza de los franjinegros no tiene límites. Eso parecía decir un equipo que nunca se rindió y siguió empeñado en demostrar que es equipo de primera división. Mikel, que de nuevo ejecutó un gran despliegue sobre el campo, aprovechó un cuero suelto en el área para subir la igualada al electrónico y elevar el optimismo del equipo.

El gol levantaba los ánimos e invitaba a la épica remontada, que llegó a olerse y a rozarse con la punta de los dedos. Carlitos recibía una prolongación de Morro y se plantaba en área rival con el esférico en los pies, si bien algo trastabillado por el defensor del Betis.

Como es habitual en él, no buscó el disparo sino la asistencia, en beneficio de Héctor, cuyo disparo fue repelido bajo palos por el defensor, que evitó el triunfo visitante.

El contraataque no se hizo esperar y los dioses del fútbol, muy enemistado con el José Luis Saso, hicieron que un balón que se paseó por el área acabara en las mallas del arco y pusiera el 3-2 a falta de 5 minutos para el pitido final. En una última intentona, Pablón y Dani dejaron su puesto a
Santi y Jesús para ir en busca de un valioso punto.

Ya con el Saso acosando la portería local, una nueva ofensiva al contraataque dispuso la definitiva ventaja por dos tantos en el luminoso de Canterac, que vio como un nuevo tren por la permanencia pasaba sin ocupantes franjinegros a bordo.

Los ánimos no decaen en la familia del Saso, conscientes de la importancia de mantener la unión para sumar y salir del negro pozo. De momento, los empates de Sur, Parquesol y Laguna arrojan un atisbo de esperanza a un Saso que sigue dependiendo de sus triunfos para mantenerse en la élite.


EL DANDY:

Carlitos. Su visión de juego y sus ganas de ganar lo elevaron por encima de sus compañeros.

EL CRACK:

Mikel. Tanto por su gol como por su sacrificio, merece ser reconocido.

EL DURO:

Edgar. Alegando ciclo menstrual decidió quedarse en casa.

VAYA DÍA:

Hugo. Su exceso de pasión dejó cojo al equipo y lo hará de cara al próximo encuentro.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no se deje la piel sobre el campo para evitar el descenso.



JN13

lunes, 2 de abril de 2012

Saso convence pero no vence

Cuentan los cánones del fútbol que en ocasiones no es preciso ser el mejor, el más rápido, el más técnico para ganar un partido. El Saso era consciente de la necesidad de puntuar contra los líderes de la clasificación, el siempre difícil Pincia.

Las bajas siguen azotando al club franjinegro, pues a la ristra de lesionados se unían el estudioso Jesús; Juan, que jugó con los Aficionados la tarde anterior y Carlitos, que fue a Italia en busca del esquivo amor. La nota positiva para el club era la recuperación de Baúl Trillas, que superó con éxito una rotura fibrilar.

Después de la derrota contra el Íscar se vivía un ambiente de concentración y anhelo de triunfo en el vestuario de los Cerros. El trabajo psicológico de Edgar y Víctor parecía dar fruto en la escuadra neroazurra, cansada de una situación negativa en las últimas fechas.

La dupla técnica había decidido apostar por Miguel en puerta, Pablo, David, Xufo y Jorge en retaguardia; un doble pivote en el que Dani acompañaba a Mikel; por delante Héctor, Tuqui y Guille y como punta de lanza Álvaro, representante de la cantera, que completó una buena actuación. Este era el once que quería ganar a los líderes y dar un paso adelante en la clasificación. En el banquillo esperarían su momento Pinipón y Santi.

La contienda comenzó puntual a las 13 horas. El banquillo local lo lideraba Juan y su libreta, siendo Don Limpio y Moureno sus escuderos.

Los primeros compases del partido denotaban la intensidad de los chicos del Saso, reacios a perder un balón y no luchar por recuperarlo. La línea defensiva se mantenía seria y eficiente, despejando las acometidas visitantes. De medio campo para adelante destacaba Héctor, jaleado por un grupo de aficionados, que marcaba la diferencia con su juego de toque y velocidad. Un disparo suyo puso en aprietos al meta del Pincia, que suspiró aliviado al alejarse el cuero de su marco.

Ambos equipos generaban peligro con su juego atrevido, en el que el Pincia demostró su sitio en la clasificación con un pase en profundidad que el jugador número 9, con mucha clase, alojó en las mallas con un sutil toque de vaselina ante la salida de Miguel.

Duro varapalo ese gol antes del descanso, pues el encuentro destacó por su equilibrio y paridad de fuerzas, pues pese a su dominio el Pincia no merecía el gol. El Saso no perdió la cara a la primera mitad y el premio del gol llegó a pocos minutos de alcanzar el descanso. Guille controlaba un balón con la panza y, con el interior del pie, hacía llegar el cuero a la escuadra con cierta fortuna. Un lunático del banquillo afirmaba que la calidad de los Moreno es eterna.

El paso por vestuarios permitió a ambas ententes recuperar fuerzas e hidratarse, pues el sol se erigió como protagonista de la primera mitad. En la caseta la dupla técnica recordó la importancia de ser intensos y agresivos, pues el fútbol no es concebible sin meter el pie o sin correr a por un balón.

El segundo tiempo comenzaba con el valioso empate en el luminoso, que con 45 minutos por delante tendrían que multiplicar sus esfuerzos para detener las acometidas franjinegras. El Pincia demostraba que son buenos futbolistas y seguían poniendo en aprietos a una eficaz zaga local, muy ágil a la hora de detener el rápido juego de los visitantes.

El banquillo sufría con el empate, pues el punto era un botín precioso para la zamarra del Saso, de ahí la lucha y la brega de todos los integrantes del equipo para mantener el resultado, capaz de sobreponerse a un Tuqui que llegó a poner de los nervios a alguno de los participantes del partido. Su sustitución fue por Baúl, que entró en el tapete para aportar sangre fresca al tapete.

Héctor seguía dejándose el alma en las jugadas y en crear peligro a la meta del Pincia, en una destacable actuación hasta que sus eternos problemas físicos conllevaron su sustitución por Santi, que gozaría de unos 20 minutos sobre el campo.

Pero a perro flaco todo son pulgas, y las lesiones y las abjas están convirtiendo al José Luis Saso en un perro abandonado. La diosa Fortuna dio la espalda de nuevo y a falta de 10 minutos para el silbido final, una internada por banda daba lugar al 1-2 del equipo visitante, ante la frustración de los franjinegros, impotentes.

Los últimos minutos fueron un cúmulo de llegadas locales, como una dudosa cesión que el árbitro pitó, si bien anuló el gol del empate por extraños motivos. Con un Saso alborotado y ofensivo, el Pincia anotó dos nuevos goles que ahogaron el esfuerzo de 11 gladiadores sobre el coliseo de los Cerros.

Las próximas semanas, de celebración religiosa, permitirán recuperar efectivos y fuerzas de cara a un exigente tramo final de la temporada, en el que el Saso tiene que sacar muchos puntos si quiere dejar pasar el miedo del descenso de categoría.


EL DANDY:

Héctor. Su calidad es un factor decisivo que marcará el devenir del saso.

EL CRACK:

Jorge. Tanto de lateral como de interior recorrió la banda y se dejó la piel en el tapete.

EL DURO:

El señor de la grada que no paró de rezongar. Ángel Sanz tuvo que pararle los pies con su fina prosa.

VAYA DÍA:

Tuqui. Tiene que cambiar su actitud hacia el balón si quiere aportar cosas positivas.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no crea en la salvación del C.D. José Luis Saso.



JN13