domingo, 16 de diciembre de 2012

Saso 4 - Mayorga 1: Josele nos señala el camino

El Saso ha conseguido el tercer triunfo del curso en un partido intenso contra el Racing de Mayorga.

La serenidad en los momentos finales facilitó la victoria.

Domingo por la mañana. Era el último partido del año 2012 y, como el mundo se nos acaba en cuatro días si las mallas no se equivocan, el José Luis Saso tenía la obligación de ganar en el último partido que iban a jugar juntos. En la dirección técnica no estaba Luis sino Josele, ya que nuestro canoso líder ha derrocado a Saso, que ha huido para evitar la ira del proveedor de parkas.

Reunidos en el vestuario, la plantilla escuchaba atentamente al Clooney español, que los lideraría a falta de Luis Saso, que le dio instrucciones. En la libreta estaban apuntados los nombres de los titulares, que no eran sino Juan en portería, Jorge, Edgar, Víctor y Pablón en defensa; por delante de ellos Borja Saso y sus carnes, acompañado de El lechón de la Dehesa. En la línea de tres mediapuntas actuaban Xufo, Héctor y David, con Puerco Espín como ariete. En el banquillo estaban Miguel, Pérez, Joaqui, Syuaj y Hugo. Fuera de la lista quedaron Mikel, por conducción bajo y sobre los efectos del alcohol y Dani, cuya vida íntima no gusta a Josele.

Con un cielo algo nublado y dispuesto a dar guerra el árbitro decretaba el inicio del encuentro, que no pudo empezar mejor ya que, en los primeros minutos, Carlitos mandó un pase milimétrico a pies de David, muy incisivo en los desmarques. El número 4 no falló y cruzó el cuero a la perfección para adelantar a su equipo para regocijo de sus compañeros.

Con esta ventaja a favor, el Saso veía cómo el partido se les ponía claramente de cara, si bien correspondía jugar con tranquilidad para conseguir mantener o incrementar la ventaja. Y así fue, ya que en una jugada embarullada el balón llegó a Héctor, que no dudó a la hora de cruzar el esférico con maestría alejado de los dominios del portero. Un golazo muy de Kaká del rubito portador del 11.

Con apenas 20 minutos de partido trascurridos el partido se ponía muy de cara, como el aire que castigaba los pases de ambos equipos. La ventaja era importante y el equipo local sabía que no podían permitirse errores o fallos que dieran lugar a tantos visitantes, ya que los tres puntos eran fundamentales para adelantar al Mayorga. La defensa del Saso estaba rodada y controlaba la situación, si bien algún error puntual pudo causar algún disgusto. En estos momentos el árbitro decretó libre indirecto en una acción de Jorge. La barrera, más larga que la infancia de Heidi, sudaba temerosa de un balonazo que castigara sus carnes. Tras una repetición que le costó la amarilla al del pelo extraño, el lanzamiento fue desviado por la Garza en una buena intervención.

El equipo neroazzurri salía del aprieto pero bajaba seriamente las prestaciones, quizá a causa de un bajón de intensidad. El Mayorga sabía que esto podía beneficiarlos y no tardó en llevar peligro al área local, hasta el punto que, en un mal pase de Edgar en la salida de balón, el cuero llegó a un rival que, con precisión, superó a Juan por arriba en un buen disparo.

El gol dolió al Saso y comenzó a ponerse un poco nervioso, pero no lo suficiente para echarse para atrás. La primera mitad concluía y el árbitro estaba a punto de pitar el camino a vestuarios cuando se produjo el hecho más importante del choque, ya que en una falta al borde del área, Carlitos superó la barrera pero su chut acabó en manos del portero, que no pudo atajarlo. En estas lides es cuando aparece la astucia de Xufo, siempre pendiente a la carroña. Y así fue, ya que el pelirrojo aprovechó el regalo para subir el 3 a 1 al marcador, importantísimo antes del descanso.

Josele arengaba a los suyos en la caseta, terreno que domina. El equipo sabía que no podían dejar marchar esa momentánea victoria y se conjuraban para mantener la línea a seguir en la segunda mitad. Para los últimos 45 minutos, el pseudoentrenador puso en el campo a Hugo en detrimento de Miguel, que descansaba después de un buen trabajo con desmarques y diagonales. 

El trencilla ya tenía ganas de fútbol y mandó a ambas ententes a formar en el terreno de juego, dando lugar a la segunda mitad del encuentro, en el que el Saso se mostró algo nervioso e inestable, pero aún así capaz de mantener el resultado en su favor. El Mayorga luchaba por meterse en el partido con un gol, pero la zaga local abortaba los empeños de los de Tierra de Campos, nobles en el ataque pero siempre contundentes en la pugna, como bien sabe David, que acabó con su anatomía en salmuera, ya que se llevó palos de todos los frentes. Siempre bravo el número 4.

Los minutos pasaban y el Saso estaba algo más metido en su campo que en acciones ofensivas, sabedor de la importancia de ganar los tres puntos en juego. Sin embargo y tal vez sin merecerlo, llegó un nuevo gol para los chicos de Josele. En una falta sobre David, cómo no, Carlitos hacía una argucia y amagaba el disparo, pero no lanzó a puerta, sino que se la puso en bandeja a Hugo, que estrenó su paternidad con gol gracias a su preciso tiro, que besó las mallas para alegría de los locales, que veían incrementada su ventaja.

El rollizo equipo franjinegro no aguantaba el ritmo y Josele tuvo que mover el banquillo, primero porque Xufo estaba molido y fue preciso sustituirlo por Joaqui, como es conocido el dueño de la noche. A su vez, Pérez entraba a partir el bacalao en el centro del campo en lugar de Borja, que estaba con la lengua fuera desde el minuto 12. En cuanto a la punta de ataque, Sguahj recogía el testigo del peloniña Héctor.

El peligro no desaparecía y tuvo que aparecer la Garza. Juan der Sar estaba seguro en los balones aéreos y, en la ocasión más clara del segundo tiempo para el Mayorga, sacó una buena mano a la cepa del poste a cabezazo de un hombrecillo rival. Los minutos se consumían y el resultado permanecía inalterable, sin que hubiera grandes posibilidades de gol por ninguno de los dos bandos. La dupla Panzer-Pitu impedía acciones de peligro bien ayudados por Pérez, que hizo a la perfección su labor de stopper. 

Con argucias para que el cronómetro siguiera avanzando, como los estratosféricos controles de Juan con su apolíneo pecho, el Saso dejaba pasar los minutos sabedores que el partido estaba en su mano. Y así fue, ya que sin más dilación el colegiado señaló el final del encuentro, por lo que los locales sumaron tres puntos más para contar con 9 en su casillero total.

Pese a no hacer un gran partido, el triunfo reafirma la moral de los neroazzurri, que se van a Navidad con el buen sabor de boca de la victoria. Se avecinan días de vino y manjares para los del Saso, que ni dudarán en comer como marranos hasta el punto que Borja (que está gordito) parezca una sílfide al lado de sus compañeros después de las vacaciones.

Hasta entonces, si no se acaba el mundo, saludos.



EL CRACK

Carlitos: El rosado centrocampista facilitó tres de los goles y tuvo criterio en el reparto del balón.

EL DANDY

David: El zurdo hizo un partido increíble, ya que tuvo el premio del gol merced a su recorrido por banda y su intensidad.

EL DURO

El travesaño ese: David impactó con él en una desmedida carga de un rival y no se hizo daño ni nada.

EL CERDO

A petición de Pablón creo esta sección, que el rocoso lateral izquierdo merece por sus abruptas maneras. Dudo que cuente con competencia para llevarse este galardón a  final de campaña.

EL KRAKEN:

Jorge: Qué le vamos a decir a este muchacho, que no sabe ni sacar de banda y llama gordos a sus rivales.








martes, 4 de diciembre de 2012

Villalón 2 - Saso 1: En el gachi no hay paraíso

El José Luis Saso perdió un partido en el que mereció algo más contra un aguerrido equipo rival.

La actuación del colegiado, más pendiente del chow business que de arbitrar, perjudicó a los visitantes.

Lo de este equipo en lo que Josele denomina gachi es para hacérselo mirar, oiga. Tiempo ha desde la última vez en la que el José Luis Saso salía victorioso de un campo de hierba natural de las hermosas villas que abundan en Castilla. Será el olor a pueblo o las irregularidades del terreno, pero les cuesta horrores ganar.

Villalón se presentaba como el siguiente escollo, también fuera de casa, para revertir la fatídica racha sobre pasto. Después de 70 kilómetros de travesía, que dieran lugar a la aparición del denominado 'Coche de la droga', los de negro y azul se reunían para intentar sacar adelante el partido. Con las bajas del sancionado Pablo y de Rubén, por motivos laborales, los de Luis Saso tenían un reto por delante. Para ganar el partido, Luis puso a jugar a Miguel en puerta, protegido por Jorge, Edgar, Víctor y David. No voy a hablar del pelo de Jorge...aún. La medular era cosa de Borja, con olor a anises, y El lechón de la Dehesa, que pese a jugar en tierra natural no pudo gozar a sus anchas, como hace en busca de bellota. El tridente ofensivo era para Mikel, Héctor y Dani y la parcela del 9 para Miguel.

Con el pitido del trencilla comenzó el partido con los neroazzurri acertados, mostrando sus ganas de llevarse los tres puntos. Pese a no gozar de claras ocasiones, los visitantes controlaban el esférico y ponían en aprietos al meta rival, muy parecido al tronco de un árbol. Pero la incapacidad para hacer efectivo este dominio provocó que en la primera ocasión de los rurales, uno de los suyos se hiciera con un despeje al borde del área y empalara una volea espectacular por toda la escuadra, ante la que Miguel nada pudo hacer.

Apenas habían trascurrido veinte minutos de encuentro y los demonios ya se llevaban a Luis, que veía su planteamiento echado por tierra. Ante la rocosidad de los locales, que iban acercándose a los dominios de Miguel, optó por dar entrada a Stahjk en lugar de Dani, desacertado en la tarde del domingo. Con el gorritas sobre el tapete no cambió mucho la cosa para el Saso, que apenas hacía peligro salvo a balón parado. 

En la segunda ocasión del Villalón llegó el segundo tanto para ellos. Un balón en el área visitante que la zaga no pudo despejar acabó en pies de un delantero, que previo rechace de Miguel, acertó para doblar la ventaja en el marcador. El resultado era excesivo pero no podía cambiarse salvo poniéndole ganas. Como ya sucediera en Villabrágima, tocaba remar y luchar en busca de la remontada. Con estériles intentos de reducir la diferencia de goles, llegó el descanso.

Tras el paso por los vestuarios el José Luis Saso cambió la dinámica. La brega y el carácter se instaló en los neroazzurri y salieron decididos a cambiarle las tornas al encuentro. Pese a que la presión local y lo dificultoso de combinar en ese tipo de 'gachi' los visitantes conseguían generar peligro y con el acierto de Edgar, Víctor y Miguel en las llegadas del Villalón, evitar disgustos en defensa. Con este panorama, Sgahjk se hizo con un balón en la banda y, tras un buen quiebro, avanzó hacia portería con tan buen hacer que recibió penalty. El árbitro, un individuo de los que ya no quedan, señaló el máximo castigo. Borja se encargó de engañar al guardameta y recortar distancias.

El Saso tocaba zafarrancho de combate y atacaba con la mente puesta en igualar y, posteriormente, tratar de hacerse con los tres puntos. Bajo este contexto en una embarullada jugada de estrategia Jorge tuvo la ocasión de marcar otro gol, pero su impreciso remate lo desvió un oponente casi bajo palos. A los pocos minutos sería Héctor quien marrara otra clara oportunidad enviando alto un buen envío de un compañero.

En el área de Miguel se veía como mayor peligro los contraataques, si bien la velocidad de Edgar y de Víctor impidió que se materializaran estas posibilidades. El propio Moreno fue sustituido a los pocos minutos. El entrenador no le perdonó que hiciera una peineta a los aficionados locales, por lo que dio entrada a Pérez.

Los minutos pasaban y se produjo la típica acción en un campo de pueblo. Tras la omisión de una falta recibida por el colegiado, Carlitos enloqueció y con una ira solo vista los sábados por la noche cuando se emborracha y agrede a jóvenes pucelanos, embistió a un rival. Montada la tangana, un becerro local le propinó un cabezazo y le pisó la mano al número 10 mientras Jorge, a quien le gusta más la bulla que a un tonto un lápiz, fue de inmediato a la refriega. 

La sangre no llegó al río y el partido continuó sin que el Saso pudiera marcar el segundo gol, por lo que con el pitido final del árbitro fue nula la cosecha de puntos. Porque el gachi, ese infierno para los afeminados sasistas, es terreno hostil para hacerse con la victoria. Ahora viene la visita del Mayorga (con I griega, Mikel, la otra es una isla) para acabar el año con un importante triunfo.

EL CRACK

Carlitos: El rechoncho 10 ayudó con sus pases a mover el juego y crear peligro en las acciones a balón parado.

EL DANDY

Smajk: Pese a que estuvo algo desafortunado en sus 55 minutos de intervención, sufrió el penalty que recortó distancias.

EL DURO

Jorge: Vergonzoso lo del 19. Con esos pelos mohicanos parece que va a atracarnos a la vuelta de la esquina. Su parecido con un erizo es cada día más razonble.

EL KRAKEN

Víctor: Luis tuvo que quitarlo del césped por encararse con la afición local. Sus feos gestos no son bien recibidos.

@Juan13Navarro --- JN13

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sequillo 2 - José Luis Saso 0 : Niños en la guerra

El José Luis Saso naufragó en Villabrágima aquejado de una carencia de juego que hizo fácil el triunfo local.

Las argucias y el juego directo del Sequillo pudieron con el intento visitante de ganar el partido.

Mucho hay que volver atrás en el tiempo para recordar una victoria del José Luis Saso en un campo de pueblo, de hierba natural y contra un equipo peleón, como suelen serlo en estos pueblos. Será el olor a campesinado o la agresividad de los rivales, pero lo cierto es que rara vez se consigue ganar en esos campos.

En la quinta jornada de liga, el Saso viajaba a Villabrágima para enfrentarse al Sequillo, por lo que fue becesario recorrer unos 60 kilómetros para llegar a dicha localidad, con un serio olor a gorrino. Allí, previo reconocimiento previo del 'gachi' (expresión acuñada por Josele) el equipo se concentró en los vestuarios para conocer el planteamiento con el que intentarían ganar fuera de casa. Allí Luis dio a conocer que, bajo un sistema de 4-4-2, jugaría Miguel bajo palos, David, Víctor, Edgar y Pérez como zagueros, por delante de ellos Héctor y el Lechón de la Dehesa. En las alas Juanqui y Xufo y como delanteros Mikel y Miguel. En el banquillo esperarían su momento Juan, Jorge, Sgath y Dani.

El partido arrancó con los franjinegros algo asustados a la hora de meter el pie y luchar balones divididos, tal vez intimidados por la fuerza manifiesta de los locales, que sin pudor alguno no les importaba golpear balón o tobillo. El primer tramo del partido fue un tostón inmundo, ya que el esférico estuvo más tiempo volando de acá para allá que rodando por el césped, que es como se juega a este deporte. En este juego trabado y directo, el Saso tiene poco que hacer, como Luis mascullaba en el banquillo.

Cuando apenas se habían consumido 25 minutos, llegó la primera ocasión de gol de los locales. El extremo diestro recortó hacia el interior y tras un quiebro ajustó un preciso disparo a la cepa del poste. Nada pudo hacer Miguel para evitar que su equipo se pusiera por debajo en el marcador. Con el Sequillo por delante y cómodo sobre su campo, el Saso tenía ante sí el deber de remontar el partido en una plaza difícil. Para ello era necesario hacer algo que no se realizó en 90 minutos, dar tres pases seguidos a ras del suelo. Las imprecisiones impidieron que a la postre pudiera voltearse ese gol sequillero.

Luis Saso expresaba su enfado maldiciendo sobre todo lo que ha estudiado e intentaba cambiar la disposición de sus pupilos para ver si estos reaccionaban. Ordenó volver al 4-2-3-1 de las últimas fechas y permutó la posición de Xufo con la de Juanqui en busca de un resultado que no llegó. El pelirrojo, muy perdido fuera de su querida zona de libre, no pudo ayudar a su equipo y, sin que hubiera acabado la primera mitad, pisó banquillo en favor de Dani.

Pese a los cambios tácticos y los gritos del entrenador, los neroazurri seguían perdidos por el campo, sin ser capaces de crear serio peligro para el portero local. Solo el buen hacer de Víctor y Edgar, brillante en la zaga, evitaron un resultado más abultado.

Luis reunió a los suyos en el vestuario para intentar dar un giro al encuentro, del que nada se podía salvar de una nefasta primera mitad. El cambio de campo y el inicio de la segunda parte no fueron suficiente para variar la tónica del partido. El Saso seguía perdido y sin dominar el encuentro, vagando a la espera de un milagro, mientras los locales mantenían su contundencia y juego duro, con el número 23 a la cabeza de la marrullería. Josele, que ya llevaba tres pitillos a escondidas (como Cruyff), calificaba estas argucias de algo habitual "en estos gachis se juega así", decía. 

El equipo seguía dando tumbos y cayendo en un juego directo e ineficaz que no se traducía en ocasiones, salvo alguna llegada de Miguel que no llegó a concretarse como ocasión manifiesta de gol. Los del Sequillo aceptaban el 1 a 0 y se conformaban con mantener su portería invicta y en arrear al ataque ocasionalmente. Un juego muy de pueblo al que cuesta acostumbrarse y superar. Luis reaccionó dando entrada a Jorge y  Sgahr en detrimento de Pérez y Juanqui en busca de mayor presencia ofensiva. Poco a poco los frajinegros iban llegando a área rival, ya que la profundidad de Jorge y ciertas incorporaciones de Carlitos hacían posible el tanto visitante. Mikel lo tuvo en sus botas tras una imprecisión del meta local, pero mandó su disparo fuera y con él las aspiraciones de su equipo a remontar.

La segunda parte avanzaba y no cambiaba el juego del Sequillo, cuya intensidad y mala leche superaba a un blando José Luis Saso. Ayudados por el árbitro, que no impidió su juego duro, era difícil superar a los de Villabrágima, de los cuales destacaba el 23, que tuvo intercambio de palabras con Luis, que lo puso en su sitio, y Josele. Su debate con el Geroge Clooney de las parkas se debió a que este recriminó que había golpeado a uno de sus chicos "sin querer queriendo". El 23, con similitudes a un ternero, no dudó en decirle unas cosas muy feas a Josele.

Dentro del mal partido realizado, el Saso estaba teniendo unos minutos de relativa presencia ofensiva, si bien esta fase del partido la hizo estéril un gol local a la salida de un córner. El rematador cabeceó implacable a la red sin una marca que lo impidiera. El 2 a 0 del marcador y la evolución del partido hacía difícil la remontada. Sin que se pudiera revertir la situación se llegó al final de un choque de hombres contra niños.

El próximo duelo del José Luis Saso será en tierras de Villalón, donde será importante el reencuentro con el triunfo tras una derrota que corta dos victorias consecutivas. Para ello se tendrá que saber lidiar con el juego de pueblo.

EL CRACK:

Edgar: El central brilló por su capacidad defensiva. Bien al corte y valiente en el cuerpo a cuerpo, el calvito merece este galardón.

EL DANDY:

Josele: Sus cigarritos en la banda y esas canas hicieron que más de una de la grada suspirara por sus huesos.

EL DURO:

El 23: El robusto y marrullero rival no paró de detener el ritmo y dejar el pie en todo el partido. 

EL KRAKEN:

El que se encargó de inflar los balones del Sequillo. Semejante piedra, ozú. 

@Juan13Navarro

domingo, 18 de noviembre de 2012

Saso 3 - Derecho 0 : Una victoria para Ariadna

El Saso apabulló a un Derecho que poco pudo hacer ante los de rayas azules y negras. 

La clase de los centrocampistas locales decantó la balanza del fútbol.

Cuarta jornada de liga para el José Luis Saso. Después de las dos derrotas consecutivas con las que comenzó la competición, la victoria de la semana pasada en el derby de Girón por 2 goles a 3. La motivación era especial, ya que Hugo había confirmado que era papá y, por lo tanto, el Saso era el suegro de Ariadna, ya que esto es una gran familia. El siguiente en la lista era el Derecho, cuya edad media era superior a la del Levante. Los abogados, alguno con más canas que Josele, llegaban con la intención de que unos niños no se les subieran a las barbas, pobladas en el caso del número 10. 

De la plantilla franjinegra Luis se decantó por Miguel en portería, David, Edgar, Víctor y Jorge en defensa, por lo que repitió la zaga de la semana pasada. En el doble pivote, el rollizo Borja y el sonrosado Lechón de la Dehesa, con el 10 en los lomos. Por delante de ellos Héctor, que veía en las bandas a Puerco Espín y a Mikel. En punta, el 9, Daniel One Gorra. El chulo, que diría Pérez.

El partido comenzó de forma inmejorable para los locales, ya que Derecho no demostró ser mejor que ellos. Con un manual de toque de balón y de profundidad, Héctor y Carlitos abastecían de buenos balones a los tres hombres de arriba. Con apenas diez minutos de juego, un magnífico pase a la espalda de la zaga rival lo aprovechó Héctor, que con sangre fría regateó al guardameta para subir el primer gol al electrónico.

El partido se ponía de cara, ya que todo parecía invitar al triunfo holgado de los chicos de Josele. A los pocos minutos del gol inicial, Stahj recogía un buen pase pero no pudo aumentar la ventaja, pues estrelló su disparo en el cuerpo del portero. A los pocos minutos, el 9 envió alto un pase de la muerte. Pese a que no estaba acertado de cara a puerta, el Saso llevaba la iniciativa y Edgar y Víctor defendían con contundencia la meta de Miguel, acertado en sus intervenciones. 

Mientras tanto, el banquillo vivía una de los momentos más curiosos de la historia del club, ya que con Juan, Pérez, Xufo, Pablo y Dani sentados, todo podía suceder. El topillo de Villamarciel apreció las barbas y el pelo largo del número 10 rival y lo comparó, textualmente a "Ese que se quedó solo en una isla y se hizo amigo de un balón". Pese a los esfuerzos del resto de suplentes, el roedor de rizos no admitía que se trataba de Robinson Crusoe.

Sin más llegó el tiempo de descanso bajo la luz artificial de la noche, que más de un disgusto causó a cierto centrocampista cuya cualidad principal no es la visión. A la vuelta de los vestuarios, el equipo no estuvo tan ofensivo como en la primera mitad, por lo que los de rojo hicieron cierto peligro en área franjinegra, si bien no materializaron sus oportunidades. 

La adelantada defensa de los maduritos provocaba que los locales tuvieran serias oportunidades para incrementar la ventaja, y así fue. Miguel, muy activo todo el partido, se hizo con un balón fuera del área y con esa precisión tan suya hizo el segundo gol con una majestuosa vaselina. El José Luis Saso manejaba a su antojo el partido, ya que Borja, Héctor y el de la dehesa campaban a sus anchas por la medular y con unas bandas bien abiertas creaban peligro serio de gol.

Como la intensidad defensiva había bajado parcialmente, Luis reconfiguró el equipo con la entrada de Xufo por Stagf, por lo que el sistema pasó a ser un clásico 4-4-2. Con esta formación llegó la puntilla, ya que Mikel marcó a puerta vacía un soberbio pase de la muerte del Puerco Espín Serafín. Para que el equipo no padeciera el esfuerzo, el técnico dio entrada a Dani y a Pablón por Héctor y David, algo cansados del partido.

El partido moría sin grandes ocasiones, apenas un error defensivo local inquietó a Miguel, mientras que el delantero del pelo para arriba pudo hacer doblete con otro intento de vaselina. En estas, entró Pérez para sostener el centro del campo en detrimento de Borja, cuyas grasas son realmente inquietantes.

En estas el árbitro decretó el final de la contienda y confirmó el segundo triunfo consecutivo de los Josele boys, que se engancha a la liga pese a los dos tropiezos iniciales.


EL CRACK

Puerco Espín: El partido que este muchacho hizo desde la banda lo coronó con un bonito gol. Enorme el encuentro del que metió los dedos en un enchufe.

EL DANDY:

Héctor: Su aspecto metrosexual y su sangre fría de cara a gol lo hacen merecedor de este galardón. Fue sustituido porque el tabaco hace que pierda resistencia.

EL DURO:

Josele: Fumando en el banquillo sin apenas esconderse, el George Clooney de los Cerros deleitó al banquillo con ciertos comentarios realmente groseros.

EL KRAKEN:

Pérez: Horroroso partido del número 2. Su entrada al césped sumió al Saso en la anarquía. No cuenta con el apoyo de sus compañeros y desune el vestuario. De lo peor.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un triunfo que impulsa al Saso

El derbi de Los Cerros se saldó con el triunfo del José Luis Saso, el primero esta campaña, tras un trabado encuentro.

Carlitos hizo dos goles y Mikel, con un soberbio cañonazo, permitieron que el Saso sumara los tres primeros puntos del año.


Eran tiempos de Julio. Categoría cadete. Fue la última vez en la que el José Luis Saso se enfrentaba al San Pío en partido oficial, con victoria heroica, incluso con Juan parando un penalty. Ya ha pasado mucho tiempo y los frajinegros son otros. Más altos, más rollizos y con más pelo, volvían a verse las caras con el equipo de Girón, con el que tanta rivalidad hay.

Las dos primeras citas de la temporada habían sido sendas derrotas y el Saso no había mostrado la imagen que debe dar. El juego no era fluido y Luis Saso lo sabía, por lo que estimó oportuno atrasar la presión rival unos metros para dar más solidez a sus pupilos. Y tuvo premio, ya que su equipo salió más junto y con menos espacios entre las cuatro líneas, ya que el sistema elegido fue un 4-2-3-1. En el once titular formaban Miguel como guardameta, en defensa Jorge, Edgar, Víctor y David. Curioso lo de Víctor Moreno, con grandes parecidos al valencianista Rami, pero menos metrosexual. En el doble pivote y responsables de crear el fútbol, Borja y Carlitos, en efecto, El lechón de la Dehesa. Por detrás de Miguel, hombre más adelantado, Mikel, Héctor y Juanqui.

El partido comenzó con el pie izquierdo para los chicos de Josele. Tras ciertas imprecisiones de ambos equipos, un balón en profundidad tras un desajuste defensivo llegó a un atacante rojiblanco, que en posible fuera de juego, batió sin piedad la puerta de Miguel.  Mal empezaban las cosas para el Saso, que veía cómo los fantasmas de la derrota campaban sobre el césped de Los Cerros.

Sin embargo, esa casta que surge a veces, ese sentimiento sasista que toda la plantilla tiene se impuso al pesimismo y el equipo comenzó a remar para hacerse con el partido. Con un San Pío X más agresivo de lo que el reglamento permite, los neroazzurri no se arrugaron e intentaron jugar al fútbol y, cuando no era posible, ganar por intensidad a los rivales. Aún en la primera parte y tras ciertas ocasiones que no consiguieron materializarse, aprovechando envíos a la espalda de la zaga, llegó un momento fundamental del partido.

Carlitos, en una incursión ofensiva por el área rojiblanca, era derribado con claridad, ya que es difícil tumbar a nuestro querido lechón. El colegiado decretó pena máxima y el propio número 10 subió el empate al marcador en un inapelable lanzamiento desde los once metros ante el jolgorio del equipo y de su progenitor, que con orgullo exclamó "Qué listo mi hijo provocando el penalty". Empate a uno y muchos minutos por delante. La igualada se mantuvo al final de los 45 primeros minutos y ambos equipor marcharon a vestuarios.

Tras el tiempo de asueto, que Luis empleó para recordar el buen hacer de sus chicos y recordarles que debían seguir en esa línea, volvían las hostilidades. Juanqui se quedó en el banquillo con ciertos dolores en la zona de los glúteos y su lugar lo ocupaba Dani, que calentó madera la primera mitad junto a Pérez, Xufo, Juan y Stahg. 

El partido seguía con esos tintes de agresividad tan comunes en el San Pío, que no dan un balón por perdido y luchan por cada balón dividido, provocando que en ocasiones los del Saso salieran algo mal parados de estas pugnas. En esta situación, los rivales provocaron una falta en tres cuartos de campo, que nadie sabe cómo, de nuevo Carlitos conseguía alojar en el fondo de las mallas tras un grave despiste de la defensa contraria.

Era la primera vez en tres partidos que los franjinegros se ponían con ventaja sobre el equipo adversario y había que saber administrar la renta y no caer en las provocaciones rivales. Para conseguir sofocar las tentativas del San Pío, Luis dio entrada a Pérez y a Xufo en la zona ancha para contener el ataque rival, en detrimento de Borja y Héctor, que vieron los últimos minutos desde el banco. Curiosamente, Mikel, esa especie de gárgola que corre de acá para allá sin mucho criterio pero va con toda la intensidad del mundo, había hecho algo increíble.

No, no había agredido a nadie. No, tampoco se echó un cigarrito en el descanso. El bravo número 5 fue protagonista por hacerse con un rechace desde un saque de esquina y, según venía el esférico, mandó un duro latigazo desde 30 metros que besó las redes rivales sin que el portero pudiera hacer nada. Un auténtico golazo que ponía el 3 a 1 en favor de los de Josele. 

Esto caldeó los ánimos de los de Girón, que incrementaron la intensidad de juego hasta el punto de poner el riesgo la integridad física de los del Saso, como el delantero, que dio una patada, enloquecido, a Miguel cuando este había atrapado un balón tras un barullo en el área. El resultado, el ariete expulsado, la ocasión frustrada y Josele al borde de un ataque de nervios. Por fortuna, el cigarrito que se echó a escondidas alivió su sufrimiento.

Con el 3 a 1 en el luminoso y pocos minutos por delante, Stagf sustituyó a Miguel, cuyas ocasiones y desmarques demostraron lo gran delantero que es. El leonés, amante de las gorras, se encontró con un difícil panorama, ya que al poco de entrar el rival hizo gol tras un nuevo barullo en área de Miguel, que hizo una magnífica actuación todo el partido pero no pudo hacer nada para evitar el gol.

Muy pocos minutos restaban para acabar el partido pero, por suerte, el Saso consiguió mantener la cabeza fría y sumar los tres primeros puntos de la temporada. Este triunfo refuerza la moral del equipo y señala el camino a seguir para cumplir objetivos. 

¡¡¡FUERZA SASO!!!

EL CRACK: Jorge. El lateral del pelo p'arriba hizo un partidazo y se multiplicó en facetas ofensivas y defensivas en un manual de lateral de largo recorrido.

EL DANDY: Carlitos. Pese a no ver muy bien hizo dos goles vitales para el triunfo y se coloca como Pichicho del equipo.

EL DURO: El hombre ese enloquecido que agredió a Miguel con un feo golpe en la cara.

EL KRAKEN: Baúl Piñas. Me apetecía criticar a ese con tan poco pelo.


@Juan13Navarro

domingo, 7 de octubre de 2012

La Rondilla pilla al Saso en fuera de juego

La labor arbitral condicionó la derrota de los neroazzurri por 1 - 4 al aprovechar el Rondilla varios fuera de juego no señalados. 
Pérez fue expulsado rigurosamente y, con 10 hombres, el Saso no pudo contener la agilidad del rival.
El primer partido de la temporada llegaba. Después de cuatro meses parados, la plantilla del Saso no podía parar de pensar en el primer duelo oficial de la temporada, contra la Rondilla, en el coliseo de Los Cerros. La última vez que pisaron ese tapete en partido de liga, la permanencia fue el resultado.
Después de unas seis semanas en las que la plantilla acabó cansada de corretear por la ciudad, el equipo no podía esperar el momento de saltar al césped. La charla técnica de Luis Saso, a la que sus pupilos atendieron con atención, les recordó la importancia de mantener un estilo fijo y ser fiel a ello, que el resultado sería óptimo si se practicaba el buen fútbol.
Para sacar los tres puntos ante un rival complicado, Luis decidió que Miguel actuaría en meta; Pablón, Edgar, Xufo y Jorge en zaga; Dani y Borja por delante de ellos; Carlitos, Mikel y David como mediapuntas y Miguel de referencia en un 4-2-3-1. En el banquillo, junto a la majestuosa figura de Josele, aguardaban Pérez, Juan, Héctor, Víctor y Juanqui.
La contienda comenzó igualada, sin un dominador claro y sin apenas aparecer juego en el centro del campo. La Rondilla apostaba por el pelotazo largo para buscar balones de cara, y le era efectivo debido a la incapacidad de los locales para hacerse con esos envíos. Por parte de los pupilos de Saso, solo Carlitos conseguía crear algo de fútbol con balones a la banda que no daban fruto.
Las acciones ofensivas llegaban por el ala izquierdo, pues David se empeñaba en crear peligro a la zaga rival. Esta, aguerrida y excesivamente contundente, arreó de mala manera al eléctrico zurdo, hasta el punto que en varias ocasiones el número cuatro acabó en el suelo por culpa de la defensa rival. En un lance del juego, el central rival sacó el codo a pasear y e hizo que la nariz del extremo local comenzara a sangrar, lo cual supuso su posterior sustitución.
Para entonces, los visitantes llevaban ventaja en el luminoso, ya que en un saque de esquina enviado al palo corto, una imprecisión entre Jorge, Miguel y Xufo supuso el gol rondillero. Ante el estupor de los capitaneados por Borja, los rivales se iban al descanso sin haber hecho méritos para tal ventaja. El empate era el resultado más justo, ya que el Saso apenas había generado ocasiones, tan solo un mano a mano de Miguel bien atajado por el meta rival.
Con un sol de justicia sobre el cielo de los cerros, ambos equipos llegaron al vestuario para refrecarse y poner claros los conceptos de juego. Saso insitía en el toque de balón, olvidado en la primera parte del encuentro. Para mejorar la situación, puso en sustitución de Edgar y David, este algo pachucho, a Pérez y Juanqui.
El árbitro, que ya había hecho acciones de poco mérito, dio lugar a la segunda mitad del partido para que el Saso se hiciera, poco a poco, con el balón. Sin un dominio aplastante, contraponía los largos envíos de La Rondilla con aperturas a banda y pases en profundidad. En un buen pase de Mikel, Miguel se puso en solitario contra el meta rival y, con sangre fría, cruzó el esférico para igualar el partido.
Apenas era en minuto 60 y comenzaba de nuevo el duelo, con cierta ventaja para los locales gracias a la moral cogida con el tanto del rápido delantero de Villamarciel. Sin embargo, cuando el árbitro copa el protagonismo de un partido, malo. Pérez, que apenas llevaba veinte minutos sobre el césped, fue expulsado por doble cartulina por unas manos de esas que nunca se señalan.
Con diez hombres, el Saso se fue al traste. Con el físico ya mermado por el esfuerzo del partido, la inferioridad numérica desembocó en un mayor dominio para los visitantes. Con un efectivo más por parte de los de blanco, llegaron los goles. Con serias dudas en cuanto a la situación de fuera de juego en varios de ellos, el árbitro no los señalaba y pronto el Rondilla marcó dos tantos para poner un 1 - 3 en el luminoso.
Poco antes había entrado Héctor en el lugar de Borja y Víctor a causa de la lesión de Rubén. El eje de centrales, con Pablón y Víctor, no era tan rápido como los atacantes rivales, así que estos aprovecharon la ventaja y, sin que los locales pudieran remediarlo, pusieron tierra de por medio. Ambos defensores estaban muy solos ante los arreones rondilleros, ya que los centrocampistas no tenían fuelle para ayudar abajo.
1 - 4 fue el resultado final. El Saso no mereció tanto castigo, pero la expulsión de Pérez los puso en una tesitura que no pudieron afrontar. Ya en la caseta, los futbolistas comentaban el partido y, con los sabios consejos de Borja, se dieron cuenta de que los rivales no serán fáciles y la contundencia será tónica común en la temporada.
El primer partido de Liga no fue positivo para los neroazzurri, si bien el margen de mejora es amplio. Todos confiamos en la progresión y asimilación de lo que Luis Saso quiere que haga el plantel, ya que las alegrías acabarán llegando.
Aúpa Saso.

@Juan13Navarro

martes, 11 de septiembre de 2012

Siente la llamada

El C.D. José Luis Saso ha dado el salto a las ondas. Nuestro querido Borja Saso ha manifestado en Radio Marca lo que es un secreto a voces, necesitamos gente para que venga a jugar al fútbol con nosotros. Redes sociales, este mismo blog, el boca a boca, todo es válido para conseguir que más personas interesadas en jugar al noble y bello deporte que es el fútbol dé el paso y se una a nosotros.

Nuestras instalaciones son óptimas para jugar al fútbol, en hierba artificial con vestuarios que cuentan con agua caliente para ducharse allí después de entrenamientos y partidos. Los entrenadores son expertos en fútbol y saben que lo más importante es disfrutar del deporte y de la amistad con los compañeros. La máxima que sigue el club es que con un vestuario unido y buen ambiente, no hay reto imposible.
 
Por eso seguimos intentando que vengas a nuestro club. Necesitamos al menos 5 o 6 chavales, de edad juvenil (Nacidos entre 1994, 1995 y 1996) para completar un equipo en 1º División Provincial. El año pasado costó mucho mantener la plaza, la permanencia se produjo en la última jornada, así que de corazón deseamos que salga adelante un equipo que defienda con orgullo los intereses del club, y no solo eso, que encuentre la amistad y se divierta haciendo este deporte.
 
Porque no somos un Sur, Arces o Betis. No gozamos de tantos equipos y medios porque somos humildes, y queremos seguir siéndolo. La clave es el ambiente familiar y el buen rollo entre entrenadores, padres y por encima de todo los chicos que juegan, sin olvidar que ganar ayuda mucho a la compenetración.
 
Por eso te pedimos que vengas a probar a las instalaciones de los Cerros, en el Barrio Girón, muy cerca de la Feria de Muestras, los lunes y miércoles a partir de las 19 horas. Allí serás atendido cordialmente y jugarás de inmediato porque no queremos Messis ni Ronaldos, queremos gente comprometida y dispuesta a jugar al fútbol para pasárselo bien y aprender de la Primera División Provincial juvenil.
 
Si lees este blog pero no estás interesado o disponible, te rogamos que se lo hagas saber a algún conocido o familiar que creas que puede querer. Te lo agradecemos de corazón y haremos todo lo posible para que se sienta como en casa.
 
Por otra parte, las puertas de nuestro club también están abiertas a chicos de categoría alevín, de 5º y 6º de primaria, con ganas de pasar un buen rato jugando al fútbol y unirse a la familia del Saso. Contarán con nuestro cariño y paciencia para que mejoren día a día y se diviertan haciendo amigos y jugando al fútbol. Hermanos, primos, hermanos de amigos, cualquier cosa es buena para que lleguen a nuestro vestuario y se den cuenta del acierto que fue dar el paso para jugar con nosotros.
 
Te necesitamos y agradecemos tu ayuda. Un fuerte abrazo. ¿Nos vas a fallar?
 

 
Para contactar @Juan13Navarro o @SasoBor en Twitter o juanito_somo@hotmail.com vía email.
 
 

lunes, 27 de agosto de 2012

Un nuevo año neroazurri

Después de una agónica salvación, con gol en el último minuto incluido, el C.D. José Luis Saso emprendió sus vacaciones para descansar del estrés que causó la permanencia como último año de juveniles.

La siguiente etapa es la peligrosa categoría Aficionado. Allí esperan hombres hechos y derechos que llevan decenas de batallas a sus espaldas y no temen dar una patada a un chaval de 19 años. Pero el Saso nunca tiene miedo y menos después de lo conseguido la campaña anterior. Para ilusionar a los integrantes, un nuevo proyecto: Luis Saso, gurú del fútbol,  será la cabeza pensante de esta escuadra con sus ingeniosos y sabios entrenamientos, combinando físico con toque de balón y juego en equipo, siempre con espacio para actividades alternativas.

Como segundo de a bordo estará un viejo conocido que responde al nombre de Josele. Conocedor de la personalidad (y talla) de los muchachos, hará la labor de Rui Faria con el vestuario franjinegro. El autor espera que no sea expulsado demasiadas veces.

Sin confirmación oficial de las fechas ni encuadre en las que el Saso comenzará su andadura aficionada, el equipo ha vuelto la pasada semana a los entrenamientos para llegar rodados y en plenitud física al tramo inicial del año. El staff técnico es sabedor de ello y está dando caña de la bueno a los jóvenes bajo el sol de verano. Esperemos clemencia.

En el capítulo de las incorporaciones y bajas el bloque es prácticamente idéntico. El Saso cuenta, a día de hoy, con las bajas de Guille, cuyas lesiones han provocado que se decante por el Ejército, y Tuqui, afectado por un problema pulmonar. Seis meses de baja para el delantero del número 3. Desde aquí se le envía todo el apoyo y cariño para que mejore cuanto antes. Rostros nuevos son Stahg, Víctor, Edgar, Borja y Juanqui, que ya militaron el pasado año en categoría aficionada, y unos jóvenes que han comenzado la pretemporada a la espera de decidir si permanecer en la nave.

La exigente prueba acaba de comenzar para todos los jugadores del Saso, que tendrán que mostrar sus credenciales para poder ser elegidos en el reto del Aficionado, liga en la que los neroazurri no se ponen límites.

Hasta entonces, pretemporada. Fuerza Saso.

lunes, 28 de mayo de 2012

El latir neroazurri

La derrota en Laguna marcaba la baraja franjinegra. Solo pasaba por la cabeza hacer un resultado mejor que el Laguna, pues un triunfo de los rojinegros condenaba al Saso a la Segunda División. El empate a puntos y el perdido golaverage obligaba a conseguir un mejor resultado que los rivales de la pasada semana, que iban a enfrentarse al Santovenia, sin nada que jugarse.

La semana había pasado sin excesiva tensión el club neroazurri era consciente de que su tren estaba ya saliendo de la estación, y solo una carambola podría ubicar al Saso en esos asientos. Incluso Josele, quién sabe si en una estratosférica jugada psicológica o en un mero berrinche aseguraba que los chicos a los que controla estaban ya condenados.

El partido, en horario unificado, estaba decidido para las 17 horas del domingo, y el Saso contaría con las bajas de Pablón, sancionado, y Tiñas, que no se veía con confianza para afrontar este encuentro. La bruma adormecía unos ánimos que deberían estar por las nubes, de ahí que desde el calentamiento la dupla técnica no cejara en sus empeños de animar a sus chicos. En el vestuario se aportaron las pautas para derrotar a un Pegaso que como arquero tenía a Fran, viejo conocido del club.

Los once elegidos para el último partido de la temporada eran Juan en meta, Jorge, David, Xufo y Dani en línea defensiva, con el Lechón de la Dehesa, Mikel y el recuperado del aficionado Andrés en medular. Los responsables de marcar los goles eran Morro, Hugo y Héctor.

La contienda comenzó con nervios, tanto en los 22 jugadores como en la grada, pues familiares y amigos se juntaron para ver el trascendental partido. El partido era de escaso nivel, empañado por unos instantes de molesto humo que llegó a dificultar la práctica del fútbol.

Las ocasiones no llegaban salvo meros intentos lejanos por parte de los locales y balones al área enviados por los rojillos, que la defensa del Saso pudo neutralizar con eficacia. El duelo se decidiría por pequeños detalles, pues ambos equipos impedían la aparición de ocasiones de gol hasta el punto de que el encuentro parecía abocado al 0-0 al descanso cuando Dani, tras una pena máxima forzada por Morro, engañaba al meta rival y daba ventaja a los suyos.

El silbido del árbitro señalaba el fin de las hostilidades tras 45 minutos de juego, en los que el calor y el esfuerzo provocaron el éxodo masivo al vestuario en busca de agua. Víctor y Edgar buscaban con sus arengas que la intensidad se mantuviese y se erradicaran los desajustes en medio campo, causantes de las oportunidades de gol de los visitantes.

Tras reposar los convenidos 15 minutos, de nuevo llegaba el momento de seguir bregando por la ansiada permanencia. Los muchachos de negro y azul eran sabedores de la importancia del triunfo y decidieron luchar para mantener la categoría. El Pegaso, joven pero de gran calidad, reaccionaba e iba llegando el peligro a la meta local, tanto a balón parado como por envíos a la espalda de la defensa, abandonada por la medular.

En una de esas ocasiones, un córner sacado en corto ante la pasividad de la presión acabó en área pequeña para que el jugador de rojo subiera el peligroso empate al luminoso. La grada, el banquillo y los once protagonistas sobre el tapete se derrumbaban, el objetivo se alejaba hasta ser casi inapreciable en el horizonte.

Los nervios y la tensión se hicieron con el control del Saso, condenado a insulsos arreones sin precisión ante un rival sabedor de su papel, que jugaba a la contar y con balones rápidos y ágiles. Tras varias ocasiones bien respondidas por la defensa y el portero local, llegó la puntilla. En un balón perdido por Morro en la línea de medio campo se armó una ágil contra que el rival no falló para consternación de los neroazurri, que veían como el 1-2 los enviaba sin billete de retorno al infierno de Segunda.

El cuerpo técnico, que previamente reemplazó a Mikel por Rivera, trató de darle otro ritmo al encuentro con la incorporación de Viruta y el aficionado Javi Pérez para lograr el vital gol. Sin embargo, estos no eran capaces de cambiar la dinámica de ataque rival y esfuerzo defensivo de David y Jorge, pues Xufo y Dani eran unos inquilinos más del área rival.

Las ocasiones las ponían los de rojo, hasta el punto que Juan y David tuvieron que dar lo mejor de sí msimos para que la ventaja no fuera insalvable. Y no fue posible, pues en otro balón largo la zaga no puedo evitar el tanto del Pegaso que sellaba el descenso. O eso lo parecía al ver los rostros de los chicos que llevan jugando juntos desde hace eras. David estaba prostrado en el suelo necesitado de ayuda para aliviar su tensión muscular, y el resto de jugadores se miraban entre sí para encontrar una solución al desaguisado.

Y el problema era serio, pues a falta de 15 minutos el 1-3 era la sentencia. Y de pronto, cuando nadie ya daba un real por los muchachos del Saso, estos tomaron una decisión. Se conocen, salen juntos de fiesta, viven cerca, han creado este equipo, han traído a los nuevos inetgrantes y no iban a consentir que en el primer año de Edgar y Víctor, Víctor y Edgar, se consumara un descenso que nadie deseaba ni preveía.

La sangre neroazurri hervía en las venas de los once gladiadores que, con la lengua fuera, arreaban en busca de salvar su orgullo. Y de pronto, el milagro. Tras unas ocasiones de imprecisión, Rivera se hacía con un cuero en área rival y, con precisión, lo enviaba al fondo de las mallas para éxtasis de la parroquia de los Cerros. Quizá él no lo sepa, pero es el gol de su vida y uno de los más importantes de la noble Historia del club al que ahora defiende.

El marcador indicaba que restaban 6 minutos para los 90 reglamentarios y el 2-3 no servía lo más mínimo. Sería remar para morir en la orilla. Las lágrimas que habían amenazado con recorrer el rostros de los presentes se sustituían por briznas de ilusión, compañerismo y cariño y amor por unos colores.

El marcador señalaba el descuento cuando llegaba el último saque de esquina de la temporada. Ante el jolgorio popular, Juan subía a rematarlo para con sus dos metros poner en aprietos a la zaga. Y vaya si lo hizo. El balón que Carlitos puso en su testa lo remató en un ágil y grácil brinco, pero el cuero salió rebotado al área. El Gran y Rechoncho Timonel controló el esférico y puso el balón al área pequeña.

Tic, tac. Pom, pom. Oíase el zumbido de las moscas, el segundero de los relojes, el respirar de los futbolistas, a medida que el balón recorría, en lo que parecía una eterna travesía, el área pequeña. El arquero rival saltaba a detenerlo, pero Juan, que estaba como 9 puro, lo placó e impidió su llegada al mismo.

Pom, pom. Tic, tac. El cuero seguía su andadura y parecía que se perdería por el lateral. Pero las grandes gestas no pueden tener un final triste. Cuando nadie se lo esperaba, el más pequeño, el más rechoncho, el más clarinete, el más Viruta, metía la testa y, con más corazón que cabeza, enviaba el esférico a la red.

Mientras el árbitro señalaba el círculo central, producíase el momento más feliz de los jugadores, padres, entrenadores y amigos sobre un césped artificial. Mientras banquillo y jugadores se fusionaban en la piña del éxtasis, del gozo, de la alegría, del compañerismo, de la humildad, de los valores, del fútbol, de la amistad, de la igualdad, de la solidaridad, del respeto. Del Saso.

Allende las vallas separatorias, un señor como Carlos Diez-Astrain brincaba como en sus tiempos mozos en las tierras de Colindres, la sangre que ha proporcionado a su hijo, que capitanea el Saso con orgullo. Otro progenitor del otro bravo capitán como David, Ángel Sanz, no daba crédito a sus ojos y enloquecía de felicidad. Borja Saso bramaba de gozo, Daniel el Gorras agonizaba de pasión, y Víctor y Edgar se abrazaban a sus pupilos en señal de que el objetivo se cumplía.

Josele, de enviado especial a Santovenia, aprovechaba las nuevas tecnologías para informar que el Laguna perdía y, con ese empate en extermis, el Saso era de Primera con todas las de la ley. Nada más mover el cuero los rojillos pitaba el colegiado el fin de la agonía y el principio del gozo. Unos yacían en el suelo, otros se abrazaban, otros caminaban anonadados bajo unas características comunes: Vestimenta franjinegra y corazón del Saso.

La siguiente etapa eran los vestuarios. Tras recibir las felicitaciones de los padres y asistentes al encuentro, llegaba la hora de celebrarlo. Bajo la batuta de un enfermo del Saso, Juan, cánticos como "Es de Primera, el Saso es de Primera", "José Luis Saso, José Luis Saso, José Luis Saso" o "José Luis Saso lolololo" eran vociferados como si no hubiera un mañana. Edgar y Víctor, parte fundamental de este éxito, veían con tristeza y alegría cómo una marabunta franjinegra los llevaba a la ducha y eliminaba con agua su costra de roña.

La felicidad era completa. Cuando parecía que todo estaba perdido y no había esperanza, se demostró que al fútbol no ganan  los mejores equipos, sino los que juegan como amigos, son amigos y se quieren como hermanos. Del más alto al más menudo, del más gordo al más delgado, del más rápido al más lento, todos pasarán a la Historia como los responsables de la mayor gesta de este club.

Con el corazón, con la J, la L y la S del escudo. Con la memoria en estos años de campos encharcados, de tormentas, de rivales grandes y duros, de triunfos, de derrotas, de arañazos, de goles, de pases, de paradas y de risas. Porque así se vive en el Saso, siendo feliz. Y siendo feliz, el Destino no se va a cebar con nadie.

Porque somos el Saso. Porque somos neroazurri. Porque somos amigos. Porque te estás emocionando al leer estas líneas.

Te quiero, Club Deportivo Jose Luis Saso.


JN13.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Seguiremos soñando

Todos sabemos qué pasó aproximadamente el pasado domingo en Laguna. De poco sirve lamentarse y agachar la cabeza cuando aún queda mucha tela que cortar. Muchas lenguas hablarán de la ocasión que se dejó pasar, pero ya pasó la hora de lamentarse.

El vestuario ha hablado y ha decidido que el futuro es para los valientes, que el pasado ha de enterrarse a muchos metros para que nadie vuelva oír hablar de él. Y llega el momento de la conjura. No se harán queimadas, ni concentraciones, no queremos charlas eternas en el evstuario, ni soflamas, ni argumentos. Nos vale con creer en nuestras posibilidades. 

El año pasado conseguimos subir a Primera División con tesón, gallardía y orgullo, disfrutando sobre el terreno de juego y, lo más importante, fuera de él. Porque esto es el Saso. Entrenamos dos días a la semana, los viernes los disfrutamos por nuestra cuenta, no tenemos entrenadores de renombre porque nos basta con tener personas y no un animal con silbato. Y cuando tenemos tiempo libre nos juntamos para divertirnos como amigos y como equipo.

El que se apunta a este equipo pensando en ganar sea como sea está muy equivocado. A veces se hacen las cosas mejor, a veces hay cosas que se podrían mejorar, no lo sé. Ni me preocupa, porque sé que todos y cada uno de mis compañeros que se cambian en mi vestuario, que se ríen de mis bromas, que se asombran con la cabeza de Mikel, que se ponen la zancadilla, que se tiran caucho, que recortan en las vueltas al campo, que escatiman los abdominales, que huyen de las flexiones, que se escabullen de llevar los conos, sé que todos ellos piensan lo mismo que yo.

Buena parte de este equipo lleva aquí desde que no levantaba cinco palmos del suelo, y seguirá estando hasta que le sea posible, porque cuando uno entra en el Saso es muy difícil salir. Cada año vienen dos o tres y se va alguien, pero el bloque es el mismo, y la ideosincrasia, también. Pasarlo bien todos juntos dando patadas a un balón y al compañero más cercano cuando nadie mira.

Este año ha habido lesiones, el Aficionado ha minado nuestros recursos, los horarios no nos han sido favorables, y junto al hecho de que aquí nadie es un futbolista extraordinario, ahora estamos en una situación muy delicada.

Nos queda un último partido en el que tenemos que ganar. Quizá sea suficiente, quizá no lo sea y el descenso se cebe con nosotros. No me preocupa, porque esto es más que mirar cada semana una clasificación. Es saber que estamos todos juntos, como una familia, preparados para afrontar este reto con toda nuestra intensidad y corazón.

Hay quien lleva cuatro meses aquí y ya evidencia ese sentimiento. Edgar y Víctor se niegan a creer que estamos en Segunda y son capaces de alzarle la voz a una institución como Josele, pero en ningún caso son ellos los que van a ganar este partido. Somos nosotros, los imbéciles que aparecemos en el apartado de ''Plantilla''. Esos amigos que llevamos tanto tiempo jugando juntos, que sabemos al milímetro lo que va a hacer el de al lado con el cuero en los pies.

Este año ha sido un buen año. Lo hemos pasado muy bien. Hemos disfrutado en los momentos buenos, hemos apretado los dientes cuando la cosa iba mal. Por eso hay que ganar este partido contra el Pegaso. No por mantenernos en Primera o evitar la Segunda, ni por ver más alto nuestro nombre en la clasificación, sino por la felicidad de saber que hemos cumplido un objetivo.

Que cuando todo iba mal nos hemos levantado, sabemos que hay compañeros que se van a dejar la piel para mantener la categoría. Y si no se consigue, nadie se va a morir por ello. Hemos disfrutado, hemos competido, hemos jugado. Y por eso hay que ganar, insisto, no por alardear de ello en caso de permanencia, sino por ver la felicidad en los ojos de esta panda de zánganos que tenemos por compañeros de vestuario y amigos fuera de él.

El C.D.José Luis Saso no es un club, es un grupo, una asociación de amigos que son felices jugando, y aún más felices cuando están cerca del compañero pasándolo bien. Por eso vamos a ganar el domingo a las 17.00, no por nuestros padres, ni los amigos de la grada, ni por los entrenadores, ni por Josele, ni por Luis Saso, ni por Borja, ni por los del bar. Vamos a ganar por nosotros.

Somos uno.

lunes, 14 de mayo de 2012

Baño para creer

Una final. Una final. No cabía otra palabra en la mente de los jugadores del José Luis Saso. Si perdían el partido contra el Boecillo, que la semana anterior derrotó al San Isidro, eran carne de Segunda. En caso de triunfo, la primera categoría se rozaría con los dedos.

La fecha elegida para dar el paso adelante era el domingo, que pronto trajo buenas noticias: El último calificado, el San Isidro, había derrotado 2-1 a los de Laguna, rivales directos. La Rondilla tampoco pudo puntuar y el Parquesol empató con el Pegaso el sábado. A ello su unió el triunfo del Parquesol de categoría superior, que conlleva el descenso de cuatro equipos de la liga provincial. Y entre ellos no está el Saso.

Bajo el ardiente sol los chicos franjinegros tenían la consigna de ganar y convencer. Para conseguirlo, la dupla Edgar-Moreno, con la ayuda del recientemente entrevistado Borja, consideró que lo mejor era poner sobre el campo a Miguel en puerta y la defensa para Raúl, David, Xufo y Pablo. Por delante de ellos Dani, Carlitos y Hugo, dado que el ataque era para Rivera, Viruta y Jorge. En la caseta esperaban Juan, Santi, Jesús, Tuqui y Héctor, que con un problema con la ficha no pudo saltar de inicio.

La intensidad era máxima desde el primer momento, sabedor el equipo de la importancia del choque. Viruta creaba peligro cada vez que penetraba por banda y ponía peligrosos pases que no llegaban a su destino. Pronto se puso el encuentro de cara, pues en un catapultazo de banda de Pablo Jorge aprovechaba una imprecisión de la zaga para, a los 18 minutos, adelantar a los locales. Gracias a una lesión en los de Boecillo el Saso tenía aún más cerca la victoria, que se fraguó con los prácticamente inmediatos goles de Viruta, por banda, y Xufo, a la salida de un corner.

Los de verde, con 10 sobre el terreno, poco podían hacer salvo esperar el fallo y la carambola. Mientras tanto, el Saso se dedicaba a fallar claros goles, como sendas ocasiones de Rivera y un tiro lejano de Hugo. Curiosa fue la reacción de Tiñas, que dijo ''Uy, pues ha cogido efecto'', para regocijo de los suplentes. Bajo esta espiral de fallos, los rivales comenzaron a atacar, sobre todo con el balón parado. Ahí llegó su más clara oportunidad, que solventó Miguel con una gran parada. El resto de llegadas rivales acababa en las redes protectoras.

Con ambos equipos sin capacidad de marcar más goles, llegó el tiempo de descanso para reposar, hidratarse y plantear nuevas estrategias. Héctor ocupaba la medular y Hugo pasaba a la delantera fruto de que Viruta tenía que ir a coger el autobús, si bien lo acabó perdiendo.

El control del cuero seguía siendo franjinegro, que con cada ocasión generaba peligro ante la adelantada defensa del Boecillo, tirando, con éxito dispar, el fuera de juego. El juego por el centro se trababa debido a las excesivas conducciones, por lo que fue necesaria la labor de Pablo, Dani y Jorge por las bandas, incidiendo en la zaga rival hasta el punto que Hugo subió el cuarto al luminoso en jugada colectiva.

Con el partido encarrilado, un convaleciente Jorge dejaba el campo en favor de Santi. Poco después entró Jesús por el cansado Rivera, que va cogiendo ritmo de competición. Ambos suplentes salieron con ganas de reivindicarse, Sani desde la cal y Jesús por el centro. En una jugada del espigado extremo, Jesús ponía el cuero en las mallas en un disparo ajustado desde fuera del área, para alegría del novato, que marcaba su primer tanto con la elástica del Saso.

Santi tenía ganas de más y trató de elevar la renta con pases y disparos, de ahí que los siguientes dos goles llevaran su firma. Incluso pudieron ser más si la puntería de sus compañeros hubiera estado más engrasada. Cada jugador local quería marcar gol, especialmente Tuqui, deseoso de inaugurar su cuenta esta temporada. Sin embargo, el fuera de juego y el acierto del meta rival impidieron su gol. Con los neroazurri pensando egoístamente en anotar, hasta el punto de negarle el cambio a Juan, el orgullo de Boecillo reapareció y subió el tanto de la honra al contraataque.

El partido moría sin que llegaran más goles al luminoso de los Cerros, donde el sol era testigo de excepción de la declaración de intenciones del Saso, reacio a descender a una división que no es la suya.

Tres puntos de oro que sirven para adelantar a rivales por la permanencia y coger confianza de cara al vital partido contra el Laguna, fuera de casa, que marcará el éxito o el fracaso de la temporada del Saso. Para ello queda una semana de concentración, esfuerzo y orgullo por un club y una camiseta que merece permanecer en la Primera División Provincial Juvenil de Valladolid.




EL CRACK:

Santi: Salió desde la caseta para hacer un doblete que puso en siete los goles anotados.

EL DANDY:

Viruta: El gol y el peligro creado en 45 minutos indicaron el camino del triunfo.

EL DURO:

Víctor: No quiso dar a Juan unos minutos como referencia del equipo.

VAYA DÍA:

Rivera: No pudo esternarse en el Saso pese a gozar de alguna ocasión clara.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no crea en la salvación del Saso.


domingo, 6 de mayo de 2012

Sufrimiento, angustia y triunfo

Cada una de las casas de los miembros del José Luis Saso tenían un día especialmente marcado en rojo en el calendario. El partido contra el Sur, al que fueron capaces de derrotar en la primera vuelta, marcaría el devenir del equipo. La derrota ponía muy seriamente la soga del descenso al cuello del club, mientras que el triunfo inyectaría moral y elevaría las posibilidades de permanencia.

El equipo estaba citado a las 17.15 del sábado para afrontar con garantías el vital encuentro. Las bromas iniciales concluyeron a la entrada en el vestuario, pues la concentración se percibía en cada uno de los rostros de los jugadores. Allí, Víctor dio una noticia que minó la moral de sus chicos: Edgar estaba al borde de la muerte y le quedaban pocas horas de vida. Este anuncio motivó a los franjinegros, deseosos de dedicar una victoria a su querido pelón.

Nadie esperaba lo sucedido a continuación, pues el entrenador advirtió que el equipo Aficionado, muy justo de efectivos, necesitaría a tres juveniles para cumplir el cupo y no ser eliminidos durante dos años. Por lo tanto, Moreno dejó sin vestir a Miguel, Tuqui y Niñas. En la pizarra aparecían los nombres de Juan en puerta, defendido por Jorge, David, Xufo y Pablón. Delante de ellos un doble pivote con Mikel y El Gran Timonel, dado que la responsabilidad ofensiva recaía en Dani en banda diestra y Hugo, Héctor y el recuperado para la causa Morro con libertad de posición entre ellos. A destacar la actuación de Mikel, que con una tendinitis seria en la rodilla forzó para ayudar a sus compañeros.

Bajo un cielo primaveral que alternaba sombras con un sol cegador, Moreno era acompañado por Viruta y Rivera para presenciar un partido que comenzó impreciso y sin orden, en el que cada equipo trataba, con nulo éxito, dar tres pases seguidos. Era la Sur la que llevaba el orden en esos primeros compases, hasta el punto que en una imrpecisión de la zaga hicieron el primer gol, poniendo los nervios a flor de piel en los franjinegros, hasta el punto que Carlitos trató de hacer la jugada de su vida a continuación desde el medio del campo.

Por fortuna, el robo de balón no acabó en 2-0, pero a punto estuvo en una clara ocasión de gol. Poco a poco fue recobrándose la calma, y los visitantes fueron llevando peligro a la meta de los rojos, cuyo portero, acosado por el Frente Saso, se puso como un flan en momentos clave del encuentro.

El peligro llegaba a la meta local mediante los proyectiles que la Catapulta Cubillo enviaba al área rival, cual peligrosos saques de esquina. En uno de sus aéreos pases, Mikel aprovechó una indecisión de la zaga para meter su amplia cabeza e igualar a uno el tanteador.

La primera parte parecía haber cambiado las tornas, pues los de rayas azules y negras tomaron el control y con un juego directo consiguieron adelantarse con un gol de Hugo, que entró desde la banda derecha y chutó ajustado a la cepa del poste, para alegría de sus compañeros.

Ese gol tranquilizó a los visitantes, que vieron como el peligro llegaba a su meta en un mano a mano parado por Juan y un potente disparo de falta que un pelirrojo enloquecido envió al travesaño. 1-2 y al vestuario, por fortuna para los neroazurri. En la caseta se juntó lo más poderoso del club, Luis Saso y su hijo Borja acompañaban a Víctor, formando una troika que aconsejó y corrigió detalles a los futbolistas. La consigna era clara, intentar tener el cuero y no fallar ni en defensa ni en ataque.

La segunda parte comenzó con susto, pues en un balón dividido Juan atrapó el esférico pero se llevó elr ecado del 9 rival, que dejó el pie en la cabeza del portero. Tras un mareo y unos segundos de reposo, todo volvió a la normalidad, aunque ciertas gotas de sangre impregnaron el guante del arquero.

Los minutos pasaban y el Saso tuvo la oportunidad de tomar una ventaja definitiva, pero primero una imprecisión entre Morro y Héctor y luego Dani, que marró una ocasión clara delante de la portería y sin guardameta, enviándola al larguero, impidieron el gol.

Viruta contó con 30 minutos para darle otra chispa al partido en sustitución de un exhausto Mikel, que con una seria lesión lo dio todo sobre el tapete. El achaparrado extremo inetntó desbordar a su par, con éxito, si bien sus pases no eran acertados y no acababan en ocasión clara.

Esta vez eran los rojos los que atacaban a un Saso que se protegía como los grises de los maquis. Las incursiones por banda las detenían Jorge y Pablo, mientras que David y Xufo cortaban toda llegada central. Solo era a balón parado la baza de los lcoales, si bien Juan se mostró inexpugnable valiendo sus dos metros de altura.

Morro dejaba su puesto a Rivera, encargado de dificultar la salida de balón de un Sur que atacaba sin cuartel ante la espartana defensa de los franjinegros. Las fuerzas decaían y a punto estuvo de igualarse la contienda en un duelo entre el delantero y Juan. El espigado portero detuvo el tiro, pero cuando el balón agonizaba en su camino al gol, David apareció imperial para mantener el triunfo. Al poco Dani dejaba su lugar a Baúl, a fin de mantener el resultado.

El encuentro agonizaba y el corazón se detuvo cuando Héctor, inocentemente, pegó una patada en su afán por despejar el balón a un rival. El árbitro, muy correcto en el partido, no señaló nada y el partido murió con nuevas llegadas aéreas biend espejadas por la sobria zaga local.

El silbido final dio lugar a una piña y una alegría brutal, además de tres puntos fundamentales para la salvación del club. En el próximo encuentro, contra Boecillo, el triunfo sigue siendo vital para seguir en primera división.


EL DANDY:

La defensa. No permitió grandes ocasiones a los locales.

EL CRACK:

Mikel. Su gol y su esfuerzo fueron de suprema importancia para la victoria.

EL DURO:

El 9 rival. Dejó la bota en la hermosa cara de Juan.

VAYA DÍA:

Dani. No estuvo muy acertado por banda.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no crea que este equipo es de Primera.




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miércoles, 2 de mayo de 2012

El fútbol es así

Es la reválida. Era el momento de avanzar y conseguir tres valiosísimos puntos contra la Medinense, para conseguir mantener el sueño de la primera división. Sabedores de que en la ida, con un campo prácticamente impracticable y un frío digno de sobaco de yeti, la derrota fue de 2-0, los franjinegros afrontaban con ilusión un partido fundamental para sus aspiraciones.

No existía otra alternativa a la victoria para huir del pozo del descenso. El objetivo era más factible gracias a la progresiva desaparición de las temibles lesiones, pues Viruta volvía, y por fin había cambios en el banquillo, como en las últimas jornadas.

Edgar fue el encargado de dirigir al equipo desde una hora antes del encuentro, pues su homólogo Víctor estaba durmiendo la resaca. El simpático alopécico se puso el mono de trabajo y arengó hasta la saciedad a sus pupilos, sabedor de que un equipo que sale motivado tiene más posibilidades de triunfar. Con el propósito de vencer a los rivales, el once del Saso lo conformaban Miguel bajo palos, Tiñas en el flanco zurdo como defensa, pues Jorge retornaba a su posición de lateral. La dupla de centrales era la eterna David y Rubén. El centro del campo era para Dani, Mikel y El lechón rubio. La delantera la ocupaban Héctor, Tuqui y Viruta. Curioso fue el comentario de Edgar al mencionar que Viruta era más capaz que Tuqui, en un arrebato de sinceridad.

La contienda arrancaba mientras Jesús, Rivera, Javi Pérez, Santi y Juan esperaban su turno en el duro banco. El dominio inicial era para los bravos locales, conscientes de la relevancia del partido, si bien los primero minutos del encuentro se caracterizaron por la gran labor táctica de ambas escuadras, lo cual impidió que hubeira llegadas significativa a áreas.

Por fortuna, Víctor llegó para poner fin a la anarquía que su compañero había sembrado, y fue a los pocos momentos de su aparición cuando Mikel, en uno de esos goles que marca con el corazón, hacía efectivo el gol. 1-0 y Juan veía cómo su sueño se hacía realidad, pues aseguró que esa noche lo había soñado. La ventaja era fiel al fútbol que se practicaba, pues por primera vez en mucho tiempo el Saso jugaba como sabe, tocando el balón. La misma gárgola pudo aumentar el tanteador con un precioso disparo que restalló contra el larguero, cual cinturón en lomo de Pablo. Lástima ese chut, pues pudo significar un punto de inflexión para el devenir del duelo.

Los cachorros de Josele seguían siendo superiores, tanto en zaga como en vanguardia, por lo que el peligro lo llevaban los locales hacia la meta medinense. Justo antes del descanso, Tuqui iracundizó a Héctor con un disparo al cuerpo del arquero, en detrimento del 9, en posición privilegiada para el gol.

La dupla de entrenadores llegó al vestuario con las ideas muy claras, seguir tal y como se estaba jugando y plasmar la superioridad defensiva en una victoria. Poco más había que decir dado el compromiso de los jóvenes futbolistas.

Y de nuevo la diosa Fortuna apareció, pues a los 5 minutos tras el asueto Héctor agarró un cuero a pase de Viruta, asistente por partida doble, y lo introdujo para duplicar la ventaja. Gran labor por banda de Viruta, siempre incisivo y veloz.

La felicidad se adueñaba de Los cerros y todo hacía presagiar el ansiado triunfo local. Sin enbargo, un despiste en medio campo conllevó un envío profundo que el delantero rival no dudó en meter en portería. De nuevo aparecían los sudores fríos y los miedos en la mente franjinegra, muy castigada por la desgracia en los últimos tiempos.

Y así fue, porque en un error de marca el 2-2 se adueñó del electrónico gracias a un preciso remate de cabeza a la salida de un córner, donde el Saso estaba demostrando seguridad.

El partido volvía a abrirse y los cambios intentaban refrescar el duelo. Jesús, Santi, Rivera y Javi Pérez saltaban al tapete para buscar el ansiado gol, si bien no gozaron de ocasiones claras para decantar el triunfo, dado que el partido llegó a ser bronco y con mucha tensión, con la adrenalina a flor de piel.

El Saso atacaba con más corazón de cabeza, tratando de resistir a la ausencia por lesión de Xufo, con una microrotura que lo impidió seguir jugando. Quizá por ello a punto estuvo la Medinense de culminar la remontada, pero el envío lamió el larguero.

Ya estaba todo vendido, pues cuando el silbato del árbitro indicó el fin de los 90 minutos, el empate a 2 seguía reflejándose en los ojos de unos jugadores sabedores de que habían dejado pasar una ocasión de oro. Con todo, nadie va a bajar los brazos, sino que es momento de seguir soñando por la victoria.



EL DANDY:

Héctor. Su gol y su visión de juego permitieron llegar a ir con ventaja en el tanteador.

EL CRACK:

Mikel. Su amplio despliegue físico, junto a su gol, es muy de agradecer cuando algo va mal.

EL DURO:

Jorge. Se encaró, presa de los nerviso, con algún miembro de la Medinense.

VAYA DÍA:

Víctor. Dejó desvalidos a sus chavales.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no crea que el Saso es de Primera División.



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lunes, 23 de abril de 2012

El azar esquiva a los franjinegros

Cada partido es más importante que el anterior. Ese es el mensaje claro que los entrenamientos y charlas técnicas reflejan al vestuario del Saso. En uno de lo momentos más difíciles de la historia de este club, los juveniles tratan de sobrevivir a una campaña en la que las lesiones han provocado esta peligrosa situación.

Los indicios eran positivos para el equipo, pues las lesiones dejaban de lado su negra influencia, por lo que Víctor, dada la ausencia de Edgar por resaca, podría realizar por vez primera una convocatoria, fuera de la cual dejó a su hermano Guille. La cita era el sábado a las 17 horas, poco antes de un Clásico que no cabía en la mente de los concentrados visitantes. El once dispuesto a ganar al Betis lo integraban Miguel en meta, defendido por Pablón, David, Rubén y Piñas. En la medular Dani y Carlitos por detrás de Mikel, y en punta de lanza Tuqui, Hugo y Héctor.

El colegiado indicó el inicio de la contienda y ambos equipos procedieron a atacar la meta contraria, si bien los locales tuvieron más presencia con el balón. Bajo un cielo primaveral, capaz de alternar un espléndido sol con una súbita ventisca, el duelo se desarrollaba sin atisbo de debilidad. Un córner a los pocos segundos a punto estuvo de subir un tanto al luminoso, pero Pablo marró la ocasión.

Mientras el banquillo, con Moreno a la cabeza, se mordía las uñas hasta el codo, los franjiverdes llevaban peligro a una eficiente zaga local, que despejaba con éxito las ofensivas rivales. Igual patrón seguían los locales, basándose en una rápida línea defensiva para abortar los ataques del Saso. En una veloz transición ofensiva, y tras un despiste visitante, el Betis lograba marcar el primero de la tarde.

Los ánimos no decaían en la entente visitante, que siguió llevando peligro a balón parado y sin descanso a la meta rival, hasta que en el minuto 25 Xufo cabeceaba a las mallas un gran córner lanzado por El lechón de la Dehesa, Carlitos.

Nada hacía presagiar que el árbitro iba a influir en el devenir del encuentro, si bien a la media hora de partido Hugo, disconforme con dos faltas no pitadas hacia su persona, se dirigió hacia el trencilla. Todo parece indicar que lo ofendió gravemente, pues no dudó en expulsar a Hugo y dejar a los neroazurri con 10 sobre el campo.

Esto fue un grave shock, pues si ya el partido se antojaba difícil, la inferioridad numérica ponía sobre la mesa unas cartas muy inadecuadas. El espíritu de los de José Luis Saso no decayó y consiguieron mantener la igualada hasta el tiempo de descanso, pese a las ofensivas de los locales.

En el vestuario Víctor tomó las riendas de la situación y modificó el sistema de juego en favor de un planetamiento que aprovechara más el centro, en detrimento de las bandas. La responsabilidad recaía en Carlitos, que cuajó un óptimo partido, y en Héctor, fundamentales a la hora de distribuir el juego y crear peligro a la meta del Betis. De nuevo se iniciaba un partido vibrante y con muchas llegadas a ambas áreas, aunque sin excesivo peligro, en las que destacó un cabezazo de Pablo a la salida de un córner.

La labor desde el banquillo continuaba y Rivera debutaba en el club sustituyendo a un exhausto Gandul Riñas, que agradeció sentar sus posaderas tras un partido de gran derroche físico. Rivera gozaría de unos 35 minutos para iniciarse en el club, aunque evidenció una severa falta de ritmo

Por fin había un banquillo conmúltiples recursos, así que Víctor aprovechó la baza de Morro, progresivamente recuperado de su lesión, para llevar al área un peligro que Tuqui no había conseguido crear, pese a que su encuentro fue de los mejores de los últimos tiempos. El espigado delantero gozaría de 25 minutos para levantar el resultado.

Pese a la actitud de los aguerridos visitantes, que con 10 resistían las acometidas locales, Pablo se lanzó al suelo a detener un balón con su cuerpo. El trencilla interpretó pena máxima, pese a las protestas del zurdo, y lo castigó con una quinta amarilla que lo impedirá enfrentarse a la Medinense. El jugador del Betis no se puso nervioso y puso la ventaja de nuevo en Canterac.

La raza de los franjinegros no tiene límites. Eso parecía decir un equipo que nunca se rindió y siguió empeñado en demostrar que es equipo de primera división. Mikel, que de nuevo ejecutó un gran despliegue sobre el campo, aprovechó un cuero suelto en el área para subir la igualada al electrónico y elevar el optimismo del equipo.

El gol levantaba los ánimos e invitaba a la épica remontada, que llegó a olerse y a rozarse con la punta de los dedos. Carlitos recibía una prolongación de Morro y se plantaba en área rival con el esférico en los pies, si bien algo trastabillado por el defensor del Betis.

Como es habitual en él, no buscó el disparo sino la asistencia, en beneficio de Héctor, cuyo disparo fue repelido bajo palos por el defensor, que evitó el triunfo visitante.

El contraataque no se hizo esperar y los dioses del fútbol, muy enemistado con el José Luis Saso, hicieron que un balón que se paseó por el área acabara en las mallas del arco y pusiera el 3-2 a falta de 5 minutos para el pitido final. En una última intentona, Pablón y Dani dejaron su puesto a
Santi y Jesús para ir en busca de un valioso punto.

Ya con el Saso acosando la portería local, una nueva ofensiva al contraataque dispuso la definitiva ventaja por dos tantos en el luminoso de Canterac, que vio como un nuevo tren por la permanencia pasaba sin ocupantes franjinegros a bordo.

Los ánimos no decaen en la familia del Saso, conscientes de la importancia de mantener la unión para sumar y salir del negro pozo. De momento, los empates de Sur, Parquesol y Laguna arrojan un atisbo de esperanza a un Saso que sigue dependiendo de sus triunfos para mantenerse en la élite.


EL DANDY:

Carlitos. Su visión de juego y sus ganas de ganar lo elevaron por encima de sus compañeros.

EL CRACK:

Mikel. Tanto por su gol como por su sacrificio, merece ser reconocido.

EL DURO:

Edgar. Alegando ciclo menstrual decidió quedarse en casa.

VAYA DÍA:

Hugo. Su exceso de pasión dejó cojo al equipo y lo hará de cara al próximo encuentro.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no se deje la piel sobre el campo para evitar el descenso.



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lunes, 2 de abril de 2012

Saso convence pero no vence

Cuentan los cánones del fútbol que en ocasiones no es preciso ser el mejor, el más rápido, el más técnico para ganar un partido. El Saso era consciente de la necesidad de puntuar contra los líderes de la clasificación, el siempre difícil Pincia.

Las bajas siguen azotando al club franjinegro, pues a la ristra de lesionados se unían el estudioso Jesús; Juan, que jugó con los Aficionados la tarde anterior y Carlitos, que fue a Italia en busca del esquivo amor. La nota positiva para el club era la recuperación de Baúl Trillas, que superó con éxito una rotura fibrilar.

Después de la derrota contra el Íscar se vivía un ambiente de concentración y anhelo de triunfo en el vestuario de los Cerros. El trabajo psicológico de Edgar y Víctor parecía dar fruto en la escuadra neroazurra, cansada de una situación negativa en las últimas fechas.

La dupla técnica había decidido apostar por Miguel en puerta, Pablo, David, Xufo y Jorge en retaguardia; un doble pivote en el que Dani acompañaba a Mikel; por delante Héctor, Tuqui y Guille y como punta de lanza Álvaro, representante de la cantera, que completó una buena actuación. Este era el once que quería ganar a los líderes y dar un paso adelante en la clasificación. En el banquillo esperarían su momento Pinipón y Santi.

La contienda comenzó puntual a las 13 horas. El banquillo local lo lideraba Juan y su libreta, siendo Don Limpio y Moureno sus escuderos.

Los primeros compases del partido denotaban la intensidad de los chicos del Saso, reacios a perder un balón y no luchar por recuperarlo. La línea defensiva se mantenía seria y eficiente, despejando las acometidas visitantes. De medio campo para adelante destacaba Héctor, jaleado por un grupo de aficionados, que marcaba la diferencia con su juego de toque y velocidad. Un disparo suyo puso en aprietos al meta del Pincia, que suspiró aliviado al alejarse el cuero de su marco.

Ambos equipos generaban peligro con su juego atrevido, en el que el Pincia demostró su sitio en la clasificación con un pase en profundidad que el jugador número 9, con mucha clase, alojó en las mallas con un sutil toque de vaselina ante la salida de Miguel.

Duro varapalo ese gol antes del descanso, pues el encuentro destacó por su equilibrio y paridad de fuerzas, pues pese a su dominio el Pincia no merecía el gol. El Saso no perdió la cara a la primera mitad y el premio del gol llegó a pocos minutos de alcanzar el descanso. Guille controlaba un balón con la panza y, con el interior del pie, hacía llegar el cuero a la escuadra con cierta fortuna. Un lunático del banquillo afirmaba que la calidad de los Moreno es eterna.

El paso por vestuarios permitió a ambas ententes recuperar fuerzas e hidratarse, pues el sol se erigió como protagonista de la primera mitad. En la caseta la dupla técnica recordó la importancia de ser intensos y agresivos, pues el fútbol no es concebible sin meter el pie o sin correr a por un balón.

El segundo tiempo comenzaba con el valioso empate en el luminoso, que con 45 minutos por delante tendrían que multiplicar sus esfuerzos para detener las acometidas franjinegras. El Pincia demostraba que son buenos futbolistas y seguían poniendo en aprietos a una eficaz zaga local, muy ágil a la hora de detener el rápido juego de los visitantes.

El banquillo sufría con el empate, pues el punto era un botín precioso para la zamarra del Saso, de ahí la lucha y la brega de todos los integrantes del equipo para mantener el resultado, capaz de sobreponerse a un Tuqui que llegó a poner de los nervios a alguno de los participantes del partido. Su sustitución fue por Baúl, que entró en el tapete para aportar sangre fresca al tapete.

Héctor seguía dejándose el alma en las jugadas y en crear peligro a la meta del Pincia, en una destacable actuación hasta que sus eternos problemas físicos conllevaron su sustitución por Santi, que gozaría de unos 20 minutos sobre el campo.

Pero a perro flaco todo son pulgas, y las lesiones y las abjas están convirtiendo al José Luis Saso en un perro abandonado. La diosa Fortuna dio la espalda de nuevo y a falta de 10 minutos para el silbido final, una internada por banda daba lugar al 1-2 del equipo visitante, ante la frustración de los franjinegros, impotentes.

Los últimos minutos fueron un cúmulo de llegadas locales, como una dudosa cesión que el árbitro pitó, si bien anuló el gol del empate por extraños motivos. Con un Saso alborotado y ofensivo, el Pincia anotó dos nuevos goles que ahogaron el esfuerzo de 11 gladiadores sobre el coliseo de los Cerros.

Las próximas semanas, de celebración religiosa, permitirán recuperar efectivos y fuerzas de cara a un exigente tramo final de la temporada, en el que el Saso tiene que sacar muchos puntos si quiere dejar pasar el miedo del descenso de categoría.


EL DANDY:

Héctor. Su calidad es un factor decisivo que marcará el devenir del saso.

EL CRACK:

Jorge. Tanto de lateral como de interior recorrió la banda y se dejó la piel en el tapete.

EL DURO:

El señor de la grada que no paró de rezongar. Ángel Sanz tuvo que pararle los pies con su fina prosa.

VAYA DÍA:

Tuqui. Tiene que cambiar su actitud hacia el balón si quiere aportar cosas positivas.

EL KRAKEN:

Todo aquel que no crea en la salvación del C.D. José Luis Saso.



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